Un ejemplar de paloma torcaz, en los jardines de la plaza de San Juan. Rodrigo Jiménez

Los animalistas critican el control de las palomas en Valladolid y reclaman piensos anticonceptivos

El Ayuntamiento estudiará nuevas medidas, pero mantendrá sus batidas periódicas contra la plaga

J. Asua

Valladolid

Sábado, 29 de enero 2022, 00:02

A la paloma torcaz, que ya se puede considerar como una plaga en la capital vallisoletana, le ha salido un defensor. El partido animalista Pacma intercede por esta ave y pide piedad para ella. Unas declaraciones del alcalde en la cadena Onda Cero han puesto ... en guardia a esta formación, que pone el grito en el cielo, justo por donde se mueve la especie, para que el control de su población no se convierta en una «masacre», dicen. Su opción: utilizar piensos anticonceptivos para reducir las puestas. Aseguró Óscar Puente en esa entrevista que ahora «están muy cómodas» y que «campan libremente», además de apostar por «medidas más contundentes para eliminarlas», ya que las que se utilizan actualmente son, en su opinión, «muy 'light'».

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El Ayuntamiento de Valladolid tiene en vigor un contrato con la empresa especializada Locus Avis para mantener a raya a las bandadas, que habían encontrado en el entorno urbano refugio y alimento en un hábitat cómodo y sin peligros. La colonización de las urbes afecta ya a varias ciudades españolas y la suciedad que generan sus deyecciones hacen estragos en las calles y el mobiliario. Hasta que se inició su control. Los técnicos de la empresa leonesa realizan a lo largo del año campañas para contener su expansión. Retirada de nidos y pichones, captura de ejemplares adultos y vuelos disuasorios con rapaces son las técnicas utilizadas, que están permitiendo sujetar la población. Y, sí, este despliegue provoca algunas víctimas mortales.

El concejal de Seguridad y Salud Pública, Alberto Palomino, subraya que las quejas por la suciedad que generan sus deyecciones son de las más numerosas dentro de las reclamaciones ciudadanas que llegan el Servicio de Limpieza.

La intención no es su aniquilación, sino un control riguroso para evitar que tomen la ciudad, según acota el responsable municipal. «No obstante, estamos dispuestos a estudiar todas las medidas que puedan mejorarlo», señala el edil tras las críticas de Pacma. La formación defensora de los derechos de los animales pone el ejemplo de Barcelona. Desde 2017, este municipio ha logrado reducir hasta el 50% la población de la especie. El Ayuntamiento gestionado por Ada Colau colocó aquel año 51 dispensadores automáticos cargados con maíz impregnado con nicarbacina, una sustancia esterilizante, que no es tóxica para estas aves y que produce una alteración reversible de la reproducción. Así, cuando deja de administrarse, las palomas pueden volver a procrear.

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Sin riesgo para otras especies

La nicarbacina, explica el Consistorio catalán en su portal web, produce un desequilibrio hormonal que afecta tanto a la producción, con una disminución de las puestas, como a la calidad de los huevos, que provoca una reducción del peso y grosor de la cáscara. La ruptura de la membrana de la yema causa la mezcla con la clara, lo que altera las condiciones necesarias para el desarrollo viable de los embriones. Se produce pues una especie de aborto.

¿Existe riesgo de que este método pueda afectar a otras especies? En principio, no, según los estudios realizados en la ciudad condal. El calibre de los granos impide que puedan ser ingeridos por otras aves de tamaño inferior, como el gorrión. Para las de tamaño igual al de las palomas, al ajustarse la dosis al número de ejemplares que hay en las zonas de tratamiento, la voracidad propia de la especie provoca que la ingesta del producto por parte de otras sea puntual y no tenga efectos en su reproducción.

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En el caso de las rapaces, no se ha detectado ningún problema por alimentarse de palomas tratadas con este producto, mientras que para los mamíferos solo tendría efectos tóxicos a partir de 12 kilos de producto por cada kilo de peso del animal, algo que no es posible ni por presencia del anticonceptivo en las calles ni por ser un alimento que atrae a estos animales. Pacma, que confía en el Consistorio recapacite, anuncia el estudio de medidas legales para «evitar la muerte masiva que pretende el Ayuntamiento de Valladolid».

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