Ángel Allué Buiza (izquierda), en una entrega de premios en febrero de 2011. Víctor Herrero
Obituario

Ángel Allué Buiza, tres veces alto cargo, y siempre comprometido

Familia, amigos y clase política despidieron en Madrid a un «servidor público» que llevaba «a Valladolid en su ADN»

Antonio Corbillón

Valladolid

Miércoles, 8 de febrero 2023, 00:05

Ángel Allué Buiza (Valladolid 1956- Madrid 2023) tenía tanta pasión por respirar democracia y libertad que cruzó la frontera de Portugal en abril de 1974 para vivir en directo la Revolución de los Claveles que tumbó la dictadura salazarista. Un año antes, en la Navidad ... de 1973 fue detenido a las puertas de la Universidad de Valladolid, donde estudiaba Derecho, por repartir pasquines del Partido Comunista. «Se pasó en la cárcel varios meses, pero eso no redujo su compromiso personal con las libertades», explica el hoy fiscal jefe del Tribunal de Cuentas, Manuel Martín-Granizo. Compañeros y amigos, ambos compartieron formación en el Colegio San José, antes de continuar vocación en la Facultad de Derecho. El hoy fiscal no faltó al funeral de despedida que tuvo lugar este lunes en Madrid.

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Allué Buiza llevaba el nombre de su padre, también abogado y gran cronista del Valladolid de ayer y de siempre, en especial en El Norte de Castilla ('Valladolid de ayer'), Ángel Allué Horna. «Se planteó ser periodista como su padre, pero ganó el Derecho», continúa Martín-Granizo que recuerda a un cómplice vital «entrañable, gracioso y siempre ocurrente, fuera cual fuera la peripecia vital».

Compromiso político

Fue un hijo de la burguesía vallisoletana marcado por las ansias de democracia a las que se asomaba el país de su juventud. Tras finalizar su carrera universitaria en Valladolid en 1980, Allúe Buiza se marchó a Madrid donde desarrolló toda su prolífica carrera profesional. «Eso no impidió que regresara con cualquier excusa a Valladolid, la tierra que llevaba en su ADN», explica otro de sus grandes amigos, el palentino y ex dirigente socialista, José María Crespo.

Ángel arrancó su vida profesional como asesor laboralista en Comisiones Obreras, pero enseguida sacó la plaza en el cuerpo de Inspectores del Estado. «Fue uno de los grandes abogados laboralistas de este país. Y, después, un sindicalista metido a inspector», completa Crespo.

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De forma paralela comenzó su implicación en las Juventudes de PSOE, una militancia «desde cero, la de un socarrón siempre comprometido», rememora José María Crespo. Tanto que pronto le llegaron las altas responsabilidades públicas. Fue uno de los 'cerebros' de la Ley de Comercio que impulsó el ministro Javier Gómez Navarro. Un trabajo jurídicamente brillante que le llevó a diferentes cargos ministeriales, entre ellos la Dirección General de Comercio Exterior (1993), que le llegó después de completar dos años de formación en la Escuela Nacional de Administración (ENA) de París, cuna de casi todos los grandes políticos galos.

Su europeísmo le llevó también a ocupar cargos en la Comisión Europea como uno de los mayores expertos nacionales. El ministro Miguel Sebastián le repescó de nuevo en 2008 para otra dirección general en Comercio Interior.

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Servidor público

«Era un hombre tan preparado que todos contaban con él por su gran devoción como servidor de lo público», insiste Crespo. Su vocación era la defensa de la clase trabajadora desde su condición de inspector, pero todavía tuvo otra oportunidad de volver a un alto cargo en septiembre de 2018 cuando fue nombrado director general de Trabajo, tras la abrupta dimisión de Concepción Pascual por legalizar un sindicato de trabajadoras sexuales.

Casado y con un hijo de siete años, a Ángel Allué Buiza le costaba poco «presumir orgulloso de Valladolid y de sus orígenes», dicen sus amigos. Dos hermanos siguen en la ciudad como profesores de su universidad en la que se formaron todos.

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Su funeral fue un emotivo duelo de familia, amigos, familiares y personalidades públicas. Allí todos evocaron al «lector empedernido y hábil conversador que nunca tenía prisa».

El que fuera secretario general de las Juventudes Socialistas, el también vallisoletano, Javier de Paz, recordó los meses finales de Allúe Buiza, en los que compartió con él su lucidez vital incluso sabedor de que se le terminaba el tiempo. «Me hiciste hablar en tu boda y ahora me encargas que hable en tu funeral». Fue el compromiso final al amigo-hermano.

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