Valladolid

Los andamios cubren la fachada del Museo de Escultura por obras urgentes de conservación

El Consejo de Ministros aprobó el 7 de marzo de 2023 (por 1.137.156 euros) la ejecución de estas obras de emergencia, demandadas desde la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, ya que el inmueble presentaba, «en las cornisas y elementos decorativos más expuestos, numerosas fisuras y grandes pérdidas de material». Esto era visto como un peligro no solo para la conservación del edificio, sino también para la seguridad de los viandantes que pasean por la calle Cadenas de San Gregorio, ante la posibilidad de que pudieran caer cascotes de pieza caliza. Así, se colocaron unas vallas de protección en torno al edificio para evitar que alguno de estos desprendimientos (se contaron hasta seis entre finales de 2022 y el primer trimestre de 2022) impactara en alguna persona. Los desperfectos comenzaron a registrarse en 2020.

El pasado 9 de febrero, el Boletín Oficial del Estado anunciaba la formalización del contrato de los trabajos de conservación, llevados a cabo por la empresa Rehabisoria, con un presupuesto de adjuciación de 1.079.925 euros (IVA incluido). «La intervención consiste en la estabilización de los elementos que presentan riesgo de desprendimiento en las cresterías, cornisas y elementos escultóricos de la fachada principal (sur) y en la fachada lateral (este) del Museo Nacional de Escultura», lo que incluye también «la portada principal y las fachadas exteriores de la capilla de San Gregorio». Además, la vigilancia se ha extendido hasta los paramentos y los zócalos, «donde se destectó alguna patología, como desplacaciones y grietas», informan desde el Instituto de Patrimonio Cultural, quienes calculan que las obras finalicen este mes de junio.

La primera fase de diagnóstico se llevó a cabo a lo largo de 2023, incluso (así se anunció) con la utilización de un sistema de drones para acercarse lo máximo posible a las partes más elevadas de la fachada y ver de cerca las posibles afecciones en las que hay que intervenir. La obra se presentó con carácter de emergencia por entender que no se trataba de problemas puntuales, sino que era una afección generalizada en las fachadas del inmueble.

Además, como han explicado desde el Museo de Escultura, también se han apreciado fisuras en las piezas reconstruidas en intervenciones anteriores con mortero de cemento armado, por lo que parte de la intervención irá destinada a subsanar estos problemas. Y a esto se suman «depósitos de suciedad» en determinadas zonas, que coinciden con las franjas por donde discurre el agua de lluvia.

La fachada del Colegio de San Gregorio es una de las grandes joyas monumentales de Valladolid. El edificio se construyó a partir de 1487 por iniciativa de Fray Alonso de Burgos, con la autoría (aunque la ausencia de documentación lo impide conocer con certeza) de Juan Guas, Juan de Talavera y Simón de Colonia, que levantaron «uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura hispano-flamenca de finales del siglo XV», como subraya el Ministerio de Cultura, que recuerda además que este Colegio de San Gregorio fue «uno de los más prestigiosos focos intelectuales de Castilla». «Destaca por encima de todo el preciosismo de la ornamentación de su portada», subrayan desde el Museo de Escultura, donde recuerdan que esta fachada principal «se presenta como un tapiz independiente en el que junto a una repetida emblemática del poder conviven en torno al Árbol de la vida y del saber figuras contemporáneas, santos y pontífices, alegorías, seres grotescos y hombres salvajes». La 'Guía de la Arquitectura de Valladolid' consigna que esta fachada monumental de la calle Cadenas de San Gregorio (que permanecerá cubierta por andamios hasta finales de mes) se construyó a partir de 1492 y se concluyó probablemente en 1499.

La información que el Museo de Escultura ofrece a sus visitantes con respecto a la fachada recuerda que esta se estructura a la manera de un retablo, «compartimentado y tapizado por elementos vegetales (troncos atados con cintas, mimbre trenzada, hoja de cardo…) y heráldicos (como la flor de lis, emblema de Fray Alonso de Burgos)». «Un gran arco enmarca el vano adintelado de la entrada», continúan las explicaciones. «El tímpano que forma recoge la escena simbólica de la fundación del Colegio, con Fray Alonso de Burgos (de rodillas) que se lo ofrece al papa San Gregorio, ante la presencia de Santo Domingo (fundador de la orden a la que pertenecía el obispo) y San Pablo (titular del convento vecino)».

La disección de la fachada continúa con la parte superior, que ocupa «una fuente de la que emerge un granado, posible representación de la Fuente de la Vida y el Árbol de la Ciencia, símbolos del paraíso al que solo podrá regresar el hombre a través del conocimiento». Y destaca, además, el escudo de los Reyes Católicos. «El retablo se completa con dos potentes contrafuertes en los que aparecen tallados guerreros (símbolos de la virtud) y salvajes (guardianes del honor).