«Un análisis de sangre revelará si existe un problema en la tiroides»
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El doctor De Luis destaca que una dieta que aporte yodo permite la adecuada función de esta glándulaTodos tenemos tiroides, una glándula con forma de mariposa cuyas alas rodean la laringe y tocan por la parte inferior de la tráquea. Un órgano que a través de las órdenes que recibe del hipotálamo y de la hipófisis participa en la producción de hormonas, tiroxina (T 4) y triyodotironina (T3). Estas hormonas regulan el metabolismo basal y afectan el crecimiento y el grado de funcionalidad de otros sistemas del organismo, destacó ayer en el Aula de Salud de El Norte de Castilla el doctor Daniel de Luis. Y para que funcione, es necesaria una dieta que aporte yodo, ya que este elemento se elimina a través de la orina y no permanece de modo constante en el organismo, pero resulta necesario para la producción de las hormonas que genera la tiroides.
La carencia de yodo es «la causa mundial más frecuente de retraso mental previsible», según la Organización Mundial de la Salud. Una carencia que afecta a 2.200 millones de habitantes del planeta. Los humanos necesitamos una cantidad de 150 microgramos al día. «Para que la glándula tiroides funcione necesitamos una dieta que aporte yodo», comentó el experto en el Aula de Salud, que tuvo lugar en el Salón de Fuente Dorada de la Fundación Social de Castilla y León (Fundos) bajo el patrocinio de Galletas Gullón y de Grupo Recoletas.
Un análisis de sangre permite diagnosticar si nos hallamos ante patologías asociadas a la tiroides por exceso de producción de hormonas o por un déficit en su elaboración.
De Luis, catedrático de Endocrinología y Nutrición de la Universidad de Valladolid y jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico de Valladolid explicó cómo las hormonas tiroideas tienen efectos sobre casi todos los tejidos del organismo y así, se ocupan del aumento de la termogénesis y del consumo de oxígeno. Son necesarias para la síntesis de muchas proteínas; de ahí que sean esenciales en los periodos de crecimiento y para el desarrollo de los órganos del sistema nervioso central. Influyen sobre el metabolismo de los hidratos de carbono y de los lípidos. La T4 supone el 93% de las hormonas metabólicamente activas, y la T3 el 7% restante. A su vez otra hormona estimulante de la tiroides (TSH) actúa sobre procesos que controlan la síntesis y liberación de la hormona tiroidea, aumenta la celularidad y la vascularización de la glándula. «La falta de yodo provoca trastornos que dependerán de la intensidad del déficit de este mineral, del momento de la vida en el que se produzca y del tiempo que dure» precisó De Luis.
La falta de la hormona, denominada hipotiroidismo, se trata con medicamentos farmocológicos en los que a cada paciente se le ajusta la dosis concreta de hormona adaptada a su carencia. El hipertiroidismo, por contra, tiene otro tratamiento bien distinto. En ocasiones se basa en el yodo radiactivo y en caso necesario se recurre a la cirugía.
La carencia de yodo impide el buen funcionamiento de la glándula tiroides, por lo que es necesaria una dieta equilibrada en la que también esté presente la sal yodada y alimentos que contienen dosis de este mineral, como todos los procedentes del mar. Los principales efectos de la falta de yodo son un aumento de la cifra de abortos, anomalías congénitas, aumento de la mortalidad perinatal e infantil, deficiencia mental, enanismo, junto con efectos psicomotores, sordera, estrabismo, hipotiroidismo neonatal y bocio neonatal. En los adolescentes podría provocar un retraso en desarrollo físico y mental, una talla baja con retraso puberal junto con el bocio y sus complicaciones y cabe que se unan en la edad adulta los derivados del hipotiroidismo, una función mental disminuida y un aumento de la susceptibilidad a la radiación.
La toma regular de yodo ayuda a la tiroides en su función. Este mineral «solo se obtiene de los alimentos, sobre todo de origen marino» destacó el doctor De Luis, «pero se elimina por la orina y no se almacena en el organismo por largo tiempo, por eso debe de ser ingerido diariamente en cantidades pequeñas».
¿Y en qué alimentos se encuentra?, algunos como el mujol, almejas, salmonetes o berberechos aportan más de 90 microgramos por cada cien gramos de producto. Son ricos en yodo el mero, las judias verdes, las acelgas o el ajo y el queso en porciones.
«Todos tenemos tiroides y el bocio es una inflamación de esta glándula» puntualizó el profesor De Luis en su charla. cuando se centró en los problemas que ocasiona la tiroides y comentó que el aumento de la glándula se denomina bocio. Y «constituye la enfermedad tiroidea mas frecuente y se entiende como tal a todo aumento de volumen del tiroides, liso o nodular, que no origine disfuncion tiroidea», apuntó. Tiene una incidencia mayor en la mujer.
Habló por último de la posibilidad de tener nódulos en la tiroides, si bien restó trascendencia a estos casos y aseguró que menos de un 1% de los mismos son malignos y que incluso estos últimos, tienen en la actualidad tratamiento y cura. Es útil el uso de la ecografía para su diagnóstico.
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