Secciones
Servicios
Destacamos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la obesidad como la epidemia del siglo XXI. Una enfermedad que no tiene edad y que en los últimos años ha encontrado un nicho de crecimiento entre los más pequeños. El Grupo Recoletas incorporó en septiembre la Consulta de Nutrición Pediátrica, dentro del Servicio de Pediatría, para dar respuesta al aumento de casos de obesidad que están detectando los pediatras. Así que con el título 'Obesidad infantil, un problema de todos', los doctores Fernando Centeno y Xamila Salcedo, junto a la especialista en Nutrición Paula Crespo, protagonizaron este miércoles un nuevo coloquio del Aula de la Salud organizada por El Norte de Castilla y Grupo Recoletas en el Centro Cultural de San Agustín.
En primer lugar, se explicó que el término de obesidad se refiere al aumento de grasa corporal y se apuntó que la grasa abdominal es un factor de riesgo cardiovascular. «Cuando hay sobrepeso, es el momento de actuar para evitar que derive en obesidad», apuntó Paula Crespo.
Además de seguir una dieta saludable otro factor de intervención es el ejercicio físico. «Para niños de 2 a 5 años se recomienda al menos tres días a la semana ejercicio de 60 minutos diarios», apuntó Fernando Centeno, de acuerdo con los consejos de la Asociación Española de Pediatría. Y en cuanto al descanso, los expertos alertaron de la injerencia del uso de móviles y pantallas en el hábito del sueño.
También coincidieron en el papel de la familia. «Una parte importante es el abordaje conductual, porque los malos hábitos suelen estar implantados en la familia», comentó Fernando Centeno. Por su parte, Xamila Salcedo resumió en dos los mensajes que traslada en consulta: por un lado, «que los padres vean que no tienen que ser lactantes gorditos para que sean saludables en el futuro» y, por otro, «que tienen que enseñarlos a comer de todo y no ser restrictivos». En este sentido, Paula Crespo recordó que una vez establecidas las pautas en la alimentación «si no hay implicación de los padres, entonces el objetivo cambia: primero abordar la alimentación de los padres y la consecuencia, seguramente venga sola, que es el cambio de alimentación del niño».
El aumento de los casos de obesidad y sobrepeso infantil ha sido paulatino, aunque el confinamiento supuso un pico puntual. En el caso de Castilla y León, según los últimos datos, la obesidad y sobrepeso afectan a uno de cada tres niños y las consecuencias en la salud ya se están viendo en las consultas. «Hay jóvenes con hipertensión, con diabetes tipo II, con colesterol alto... Esto hace unos años era impensable», indicó Fernando Centeno. En esta línea, Paula Crespo advirtió: «la persona que empieza a someterse de manera muy precoz a regímenes estrictos de alimentación, a largo plazo provoca un impacto negativo».
Y Xamila Salcedo añadió: «que haya adolescentes con riesgos cardiovasculares nos tiene que doler como sociedad. Hay que hacer cambios y es posible porque no son grandes cambios».
La responsabilidad de la familia o del entorno de convivencia del menor se puso sobre la mesa en varias ocasiones durante el coloquio. «Nuestro objetivo es conseguir adultos sanos», apuntó Fernando Centeno. Las patologías relacionadas con enfermedades cardiovasculares se están comenzando a ver en pacientes cada vez más jóvenes. «Los niños obesos suelen tener un desarrollo adelantado y en su etapa adulta se sabe que aumenta la frecuencia de diabetes tipo II, resistencia a la insulina, hipertensión arterial, entre otras cuestiones que predisponen a patologías cardiovasculares», resumió. Por este motivo, incidió en el abordaje conductual y los hábitos de vida de la familia. «Tienen que participar en los cambios de alimentación toda la familia», señaló.
Se define como ambiente obesogénico a aquel que favorece el desarrollo de obesidad o que estimula hábitos y comportamientos que conducen al exceso de peso. Es un de los factores externos con mayor incidencia en los casos de sobrepeso y obesidad. «El ambiente que nos rodea se ha tornado en ambiente obesogénico», explicó Paula Crespo, que se refirió a un entorno que contribuye al sedentarismo y que incentiva el comer más y de mala calidad. Un concepto «que está cogiendo cada vez más peso en el problema de la obesidad». El estilo de vida y de ocio, vinculados al escaso ejercicio físico, excesivo uso de las pantallas y consumo de comida rápida y cantidades excesivas conforman un conglomerado social a combatir.
La forma de comer y el tipo de alimentos que se ingieren contribuyen no solo a tener un peso saludable sino también a evitar cuestiones como el estreñimiento. «Una de las causas del estreñimiento es la alimentación», comentó la pediatra. La ingesta de verduras variadas contribuye al aporte de fibra, y «hay que aprender a comer de todo». En este sentido, compartió la experiencia de un paciente adolescente con sobrepeso y fuertes dolores ligados a un estreñimiento severo y que con unas pautas de alimentación saludable consiguió cambiar su estilo de vida. «Mejoró en la alimentación, rebajó un montón de kilos y en seis meses era otro niño. Mejoró su autoestima que suele estar asociado al exceso de peso». La pediatra insistió en la importancia del apoyo familiar.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.