Alude a su paternidad y a análisis antidroga para evitar la cárcel por esconder cocaína en una alcantarilla

Los dos acusados de un delito contra la salud pública por esconder cocaína, cuyo valor en mercado hubiera alcanzado los 14.000 euros, en una alcantarilla de Zaratán, Iván San José Manzano y Pablo Fernández Gómez, han pactado este miércoles tres y dos años de prisión, respectivamente, con una multa económica de 8.000 y 5.000 euros. Un acuerdo con la Fiscalía en el que también se ha solicitado la suspensión de esta condena.

En el caso de Iván San José, autor del delito, su defensa ha alegado como atenuante su drogadicción en el momento de los hechos, en noviembre de 2020. «Iván no tiene antecedentes legales, se ha sometido a un tratamiento de desintoxicación y se compromete a análisis antidroga semanales. Además, en febrero de este año ha sido padre», ha explicado el letrado de Iván San José, que también ha mostrado una nómina «para demostrar la viabilidad económica» del considerado autor del delito.

Por su parte, el letrado de Pablo Fernández también ha solicitado la suspensión de la condena de dos años de prisión amparado en el artículo 80.1 del Código Penal «al no tener antecedentes, no es superior a los dos años y a abonar ya los 5.000 euros de multa». «Además, tiene previsto casarse el próximo año», ha apuntado el abogado de Pablo Fernández.

El día 23 de noviembre de 2020, un operario que trabajaba con Tecnocasa en una obra con acometida de agua de la calle Prado de Zaratán, al abrir una de las alcantarillas, descubrió oculta en su interior «una mochila roja sospechosa», por lo que avisó a la Guardia Civil. El trabajador guió a los agentes hasta el lugar concreto de la ubicación de la arqueta de suministro de agua en la calle Capitán Cortés y recogieron la mochila, en cuyo interior había un 'tupperware' que contenía tres envoltorios de plástico con polvo blanco y sustancia en roca metidos en arroz, junto con otros envoltorios y recortes plásticos que protegían una báscula de precisión y dos folios manuscritos «con anotaciones, nombres, cantidades y sumas a modo de contabilidad».

Los agentes comunicaron el hallazgo al Equipo de Lucha contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil, que montó un operativo de vigilancia en la zona. A las 16:30 horas de ese mismo día llegó un Mercedes Cla200 que estacionó en la misma calle Capitán Cortés del que salió Iván San José, cogió unos bultos del maletero y los depositó junto a la arqueta. Tras abrirla, ver que no estaba la mochila, la cerró con un «Me cago en Dios» y comenzó a abrir y cerrar otras arquetas en la zona, luego fue hacia los contenedores de basura, miró dentro, les dio una patada y después abandonó el lugar.

Fue interceptado media hora después por el operativo policial antes de llegar a la zona del centro comercial Equinoccio. En ese momento viajaba con su compañera sentimental. En la primera inspección ocular del coche se encontraron en el interior del maletero diversos 'tupper', arroz y plásticos de film transparente similares a los hallados en la mochila.

En uno de los folios manuscritos que se encontraron en el macuto se identificó una huella que correspondía al dedo anular izquierdo del sospechoso, a quien se intervino un teléfono móvil. El volcado de datos autorizado por el juez permitió relacionarle con el otro acusado, Pablo Fernández Gómez, que figuraba en el listado de contactos como 'Tablas'.

Según la acusación pública, se pudo verificar, a través de audios de Whatsapp, la connivencia con Iván San José «para la tenencia y ocultación de las sustancias en la 'caleta' para su posterior recuperación, manipulación y transmisión a terceras personas a cambio de dinero, lucrándose ambos del negocio ilícito». En uno de esos audios, Iván dio indicaciones a Pablo para que realizara diferentes operaciones para adulterar la sustancia y ambos ganar más.

La cocaína hallada en el interior de la mochila, en tres envoltorios, sumaba algo más de 76 gramos con una pureza de entre 74,13 y el 76,93%. Por dosis habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de unos 14.000 euros.

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