Alejandro Vara Castrodeza, médico y buena persona

Nos dejaste el día 1 y lo hiciste en silencio, de forma serena y rodeado de tu familia. No es justo, te has ido demasiado pronto y tu partida no es razonable cuando te quedaba tanto bien por hacer. Todos lo que hemos tenido la suerte de estar y de compartir tiempo contigo nos hemos quedado huérfanos. Huérfanos de tu cariño, de tu sonrisa, de tu bondad. La medicina no era para ti una profesión sino una pasión y a ella te has dedicado, incluso quitándole tiempo a tu familia y a tus amigos porque había otros que lo necesitaban más. Porque nunca nadie que se acercase a ti te escuchó decir que no era posible. Quien te pedía algo sabía que tú harías todo cuanto estuviera en tu mano, y más aún, por hacerlo realidad. Tu frase «Venga , vale» era conocida por todo el hospital.

De tu dedicación, profesionalidad y buen hacer dan prueba los centenares de personas que llenaron el tanatorio para acompañar a Beatriz, Paula y Alejandro. Las flores de tus compañeros celadores del Río Hortega han sido fiel reflejo de que nadie que haya tenido la suerte de conocerte, fuera la categoría profesional que fuese, ha sido ajeno a tu bondad y a tu profesionalidad.

Siempre estarán con nosotros tu sonrisa tímida, tu sentido inglés del humor, tu bondad y tu cariño. La familia ha perdido un ser muy especial y la sanidad pública ha perdido un gran profesional, capaz de entregarse con dedicación plena a los demás.

Un beso enorme para tu esposa y tus hijos, para tu madre Carmen, para tu hermana, tus compañeros y amigos y para todos aquellos a quienes has hecho la vida más fácil y agradable durante el tiempo que hemos compartido contigo. En el lugar en que te encuentres nos volveremos a encontrar.

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