Valladolid

Alejandro y Lucía, jóvenes investigadores contra el cáncer: «Es una carrera de fondo»

Alejandro del Hierro, vallisoletano de 24 años, estudió Química en la UVa para después cursar un Máster en Investigación Biomédica con el que pudo empezar su doctorado. Tras lograr financiación por parte de la Asociación Española contra el Cáncer, está desarrollando una tesis doctoral centrada en el cáncer colorrectal, enfermedad que comúnmente se diagnostica en estados avanzados. «Mi objetivo es apoyar los sistemas de cribado de sangre oculta en heces mediante muestras». De esta forma, en lugar de tener que realizar una colonoscopia, se detectaría el cáncer con anticipación, «al mismo tiempo que se evita la saturación de las colas de espera». «Se podría decir que este trabajo es una carrera de fondo». Otra de sus líneas de investigación consiste en el estudio de pacientes de cáncer a través de la sangre con el fin de detectar pautas en su evolución, diagnóstico o en la respuesta ante tratamiento.

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Sobre la situación actual en el entorno de la investigación, afirma que «se requiere mucho tiempo de preparación para los ensayos». «El cáncer se trata de una enfermedad propia de cada paciente, por lo que depende mucho de la persona e, incluso, dos pacientes con el mismo tipo de cáncer no tienen por qué responder de forma similar ante el mismo tratamiento».

«Aunque hay muchos avances notables en materia de investigación, tenemos que dar pasos bajo la certeza de que no nos vamos a hundir». No obstante, tal y como informa, existen distintos progresos notables. «Ahora mismo hay terapias que antes eran experimentales y están ahora aprobadas, como la inmunoterapia. Se está avanzando mucho en este tipo de innovación experimental».

Lucía Álvarez es otra joven investigadora, de 27 años, que contribuye a la lucha contra esta enfermedad. Estudió Biología en la Universidad de Salamanca. Tras cursar también el Máster en Investigación Biomédica de la UVa, comenzó a realizar su tesis doctoral. Actualmente se encuentra desarrollando un proyecto basado en el cáncer de mama triple negativo, «cuya supervivencia es menor al convencional, ya que es mucho más agresivo». Trabaja con muestras de pacientes, sobre las que investiga todas las características posibles, como las proteínas o el ADN, con el objetivo de desarrollar una herramienta informática basada en inteligencia artificial que permita predecir el tratamiento más apropiado para cada paciente para evitar recaídas o un sobretratamiento.