Marta Esther Vázquez Fernández, pediatra
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Marta Esther Vázquez Fernández, pediatra
«Es alarmante que el 36% de los niños de entre seis y nueve años sufran de sobrepeso u obesidad»Marta Esther Vázquez Fernández, pediatra en el centro de salud Circunvalación y profesora asociada de la Universidad de Valladolid, lleva años viendo en su consulta un problema que afecta a un tercio de los niños entre 6 y 9 años: la obesidad infantil. Tan grave ... es el problema que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha declarado la pandemia del siglo XXI y las consecuencias son peligrosas tanto a nivel individual como colectivo. «La obesidad infantil no es únicamente un problema de decisiones individuales, sino que obedece a un fenómeno social en el que los estilos de vida y el ambiente obesogénico tienen un rol determinante. Influyen los estilos de vida, las redes sociales, las condiciones de vida y trabajo, el entorno sanitario, la educación... y, por encima de todo, las condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales«, señala.
Hace unos días, esta profesional sanitaria ofreció en una conferencia en el Museo de la Ciencia una visión integral de las causas y consecuencias de este importante problema de salud pública y subrayó la importancia de la educación y la intervención temprana para mitigar su impacto a largo plazo. Pues casi el 40% de los niños presentan sobrepeso o algún grado de obesidad. «Es alarmante ver que el 36% de los niños de entre seis y nueve años ya sufren de sobrepeso o incluso obesidad, con tasas del 17% en niños y del 14% en niñas», señala esta pediatra. Según comenta, esta problemática no solo afecta al desarrollo de los menores, sino que aumenta significativamente la probabilidad de que padezcan obesidad en la adultez. «Un 55% de los niños con sobrepeso se prevé que serán adultos obesos, y esta cifra se eleva al 80% en el caso de los adolescentes. El estudio de ALimentación, Actividad física, Desarrollo INfantil y Obesidad en España (ALADINO 2023) arroja unos datos sobre la prevalencia de obesidad que son realmente alarmantes y que crecen cada día», añade.
En este sentido, Vázquez Fernández indica que ciertos factores, como el uso excesivo de pantallas y el consumo de alimentos ultraprocesados, están contribuyendo al sedentarismo y la mala alimentación en edades tempranas. »Hay que trabajar y fomentar el ejercicio físico para contrarrestar estos hábitos. Otros factores que influyen mucho en la obesidad son el sueño y el bienestar emocional. Está demostrado que los niños que duermen peor y que tienen desequilibrio emocional tienen cifras mucho más altas de sobrepeso. También está el sedentarismo digital, que hace 30 años no existía, no teníamos móviles y no había tantas pantallas. Su uso generalizado en niños también es determinante», insiste.
La pediatra echa mano del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad (2022-2030), una iniciativa que reúne a diversos ministerios, instituciones científicas, organizaciones del tercer sector y asociaciones y federaciones y que tiene como objetivo combatir este problema de forma integral. Y recuerda otras líneas de actuación y nuevas herramientas, como el etiquetado Nutriscore, que facilita a los consumidores la elección de alimentos más saludables. «Es esencial que las personas lean las etiquetas y entender lo que consumen», apuntó Vázquez, mencionando también la importancia de los talleres de lectura de etiquetas que se imparten en atención primaria.
El abordaje de la obesidad, según señala esta profesional, debe realizarse a tres niveles: individual, grupal y comunitario, y requiere de una colaboración activa de familias, colegios y sistemas de salud. «Los padres son modelos para los niños y generadores de cambio en los estilos de vida«, por lo que incide en que »es necesario actuar desde el primer momento, desde que nacemos, e incluso desde el vientre materno. Siete de cada diez familias no perciben el exceso de peso de sus hijos«.
La doctora Vázquez Fernández también destaca la importancia del apoyo psicológico en el tratamiento de la obesidad infantil, ya que muchos niños sufren acoso escolar y estigmatización por su condición. «El sobrepeso afecta su rendimiento, autoestima e incluso puede derivar en depresión y ansiedad», advirtió, señalando la necesidad de un apoyo desde salud mental infanto-juvenil en casos de conflictividad.
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