Valladolid
El agredido a martillazos en el antiguo Rancho: «Me pilló por sorpresa»Valladolid
El agredido a martillazos en el antiguo Rancho: «Me pilló por sorpresa»Las varias vueltas que daba una venda blanca a su cabeza le delataban. Si se bajaba la capucha de su sudadera, más aún. A escasos metros se presenciaban la gran cantidad de grapas que le pusieron los sanitarios el domingo por la tarde después de ... que otro hombre le propinara cuatro martillazos en la cabeza, según detalló la Policía Nacional. «Fueron muchos más», reitera el joven Anas Ahnin, de origen marroquí, mientras enseña varias heridas más en manos y brazos. Todo ello, tres días después de la agresión que tuvo lugar en el antiguo Rancho, un complejo de dos edificios de dos alturas en el barrio de Buenos Aires y que desde hace años es presa de la okupación. «Aquí hay mucha droga», continúa Ahnin, de 21 años a pesar de que en sus documentos le ponga un año más.
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Relata en primera persona los hechos del domingo mientras se embarca en un proceso judicial que desconoce. «Me toca ir ahora al juzgado a recoger unos objetos y a presentar testigos de la agresión», incide antes de enfrascarse en el relato de los hechos. De hecho, el origen de todo ello cree que fue días antes de ese domingo a la hora de comer. «Yo vivo con otro compañero en el primer bloque (el más próximo a la calle Páramo de San Isidro) y el que me golpeó en el otro. Hace unos días debió venir a pedir una raya de cocaína a mi compañero», rememora Ahnin para continuar con un primer amago de agresión.
«El sábado, un día antes, apareció por sorpresa y ya me cogió por el cuello. Nos amenazó. Finalmente el domingo, cuando estaba empezando a comer, me empezó a dar los martillazos. Fue por sorpresa. Aún no sé los motivos», añade el joven marroquí, que hace hincapié en la problemática de la droga en este suceso.
Sucesos en Valladolid
Por su parte, la Policía Nacional, tras interrogar a los testigos, aseguraron que el agresor, también joven y de origen marroquí, quería vivir con ellos y ante la negativa de estos prendió colchones en los accesos de la vivienda.
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Tras la agresión, Ahnin se desplomó en el suelo y a la llegada de los agentes se le encontraron en el suelo en un abundante charco de sangre. Fue trasladado de urgencia al Río Hortega, donde le suturaron las heridas en la cabeza. Acto seguido, la Policía detuvo al presunto agresor en los aledaños del antiguo Rancho y este martes ingresó en prisión por un intento de homicidio.
Porque Anas Ahnin aún se pregunta por qué sucedió la agresión. «Somos compatriotas, no lo entiendo», se lamenta el joven, que pretende seguir con su vida mientras se plantea solicitar una orden de alejamiento, a pesar de que el agresor se encuentre ahora en la cárcel.
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Y la nueva vida que pretende Ahnin, que reconoce estar alejado del mundo de las drogas, es conseguir los papeles para permanecer legalmente en España. El joven llegó siendo menor de edad a Ceuta. Fue uno de los 8.000 inmigrantes en lo que desde España se llamó una gran crisis migratoria. Para Ahnin fue supervivencia. Permaneció unos seis meses en Ceuta para dar el salto a la península. Se instaló inicialmente en Algeciras y desde hace dos años se encuentra en la provincia vallisoletana. Ha pasado por Cabezón y por el barrio de Las Delicias hasta llegar al antiguo Rancho Grande.
Precisamente este espacio, que en su día fue un conocido restaurante hasta 2004, vive con la controversia desde hace casi quince años. Tras adquirir los terrenos, una constructora decidió levantar allí una urbanización de 48 viviendas, pero llegó la crisis y los bloques fueron abandonados en 2010. Saqueos, vandalismo e incendios dieron paso a la okupación, mientras los vecinos colindantes pedían soluciones como tapiar la parcela. La misma que a día de hoy se abre sin llaves y en cuyas vallas exteriores, pintado con espray, se lee en grande 'cerrad la puerta'.
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En el interior de la parcela, montones de basura y de escombros y de las hierbas por todo el terreno. Dos bloques de edificios sin ventanas que se cubren con cartones o cortinas, mientras en sus interiores las puertas, donde las hay, son improvisadas. Allí, ahora, viven «muchas personas». Lo indica Ahnin, uno de esos inquilinos ilegales.
El último gran suceso que se conoce en el complejo abandonado (las visitas de la Policía son frecuentes a esa zona) tuvo lugar en mayo de 2021 (justo cuando Anhin llegaba a Ceuta).
Allí, la Policía local liberó a tres menores retenidas por seis okupas. Las cuatro menores, de edades comprendidas entre los 14 y 16 años (recién cumplidos), estuvieron dentro del pequeño habitáculo cerrado, al que se accedía por una escalera, durante varias horas. Las tres que se quedaron se habían escapado del Zambrana y la cuarta, que se había fugado de su casa en Salamanca, decidió marcharse.
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