Javier García, presidente de Adiva, realiza un control a su hijo, ambos con diabetes. HENAR SASTRE

Así afrontan la cuarentena las personas con diabetes: ejercicio en casa y ajuste de insulina

Tres personas ofrecen claves sobre cómo encaran un virus que los ha situado como sector de riesgo

Víctor Vela

Valladolid

Martes, 28 de abril 2020, 07:11

Marian Sagredo ha tenido que «aumentar mucho, a casi el doble» la dosis de insulina que precisa su hija, Naia, 6 años, para domesticar la diabetes tipo 1 que ambas tienen diagnosticada. «No podemos hacer ejercicio como antes. Yo iba a pasear todas ... las mañanas, al menos una hora. Pero lo nota sobre todo Naia. Solo con correr en el recreo del cole ya quemaba cuatro veces más de lo que hace en casa durante todo el día. Y estaban las extraescolares, el parque...».

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El confinamiento domiciliario ha obligado a las personas con diabetes (32.000 en la provincia, «aunque se calcula que hay casi otros tantos que no lo saben») a extremar las precauciones durante esta crisis del coronavirus. Primero, porque forman parte de un segmento de población de riesgo (no de contraerlo, sino de las consecuencias que pueden derivarse del contagio). Y segundo, porque han de controlar más la alimentación, el ejercicio, el suministro de insulina.

Javier García es presidente de Adiva, colectivo que agrupa a mil socios en Valladolid. Recuerda que «aunque las recomendaciones son similares a las de toda la población», los diabéticos «han de ser mucho más estrictos, tanto en las medidas de seguridad como en el seguimiento diario de la cuarentena, ya que cualquier infección puede provocar que se tenga un mal control de la diabetes. Las personas con patologías crónicas pueden desarrollar insuficiencias cardíacas y respiratorias», recuerda. De ahí, la necesaria atención a los posibles ajustes de insulina que pudieran ser necesarios durante estos días, en los que la rutina cotidiana se ve trastocada.

Marian y su hija Naia saludan desde una ventana de su casa. HENAR SASTRE

Y para la persona diabética, mantener horarios es importante. «La diabetes tiene cuatro pilares fundamentales», explica García. El primero es la alimentación: «Hay que crear un hábito horario en las comidas, evitar el picoteo entre horas, regular los hidratos de carbono, garantizar la hidratación...». El segundo es la medicación. El tercero, la formación (calcular las dosis y conocer el propio cuerpo). «Yo llevo 28 años con diabetes», dice Marian. Y eso es una experiencia para el «pleno conocimiento de mi enfermedad y la de mi hija. En estos momentos me veo capaz de manejarla de la mejor manera posible. Pero en el caso de tener cualquier duda o problema, sé que podría ponerme en contacto con mi enfermera de educación diabetológica y con la endocrina de mi hija».

Y el cuarto soporte, «tan importante como los anteriores», es el ejercicio. «El problema de la diabetes es que no se genera insulina y no se quema la glucosa. Para conseguirlo hay dos formas, está la insulina, pero también la práctica de ejercicio. El objetivo es, al menos, una hora diaria. Cuando se está encerrado en casa es complicado, pero posible», recuerda Javier, quien ha diseñado una tabla de juegos para su hijo.

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Claro, si se reduce de forma drástica la práctica de ejercicio, hay que regular la dosis de insulina. Es lo que le ha pasado a Marian y Naia. También a José Ángel Alonso, diagnosticado hace trece años de diabetes tipo 2. «Hasta que me jubilé, he trabajado como cartero de calle. He andado kilómetros y kilómetros toda mi vida. Cuando hace tres años me retiré, seguí caminando, todas las mañanas, una tres horas por Medina del Campo». Esos paseos el ayudaban a controlar la enfermedad.

«Yo tenía que tomar dos pastillas, una por la mañana y otra por la noche. Pero, como caminaba tanto, me retiraron la de la noche. Ahora, la he tenido que volver a tomar». Y eso, dice José Ángel, que ha intentado mantener en casa el ritmo de actividad física. «Me pongo cerca de hora y media en la bici estática, pero no es lo mismo. A lo mejor yo podría haber conseguido un justificante de mi médico, que me permitiera coger el coche, ir al pinar, caminar por donde no hubiera nadie. pero ni lo he intentado. Hay que colaborar haciendo cuarentena, quedándose en casa», añade.

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«Esquivar el virus es más importante que el ejercicio que se pudiera realizar en la calle. Por eso, la recomendación es no salir, ni siquiera con prescripción médica», recuerda Javier García, presidente de una entidad que ha reforzado las llamadas telefónicas y los servicios de apoyo para las personas con diabetes que viven solas. «Y también para los niños. Hemos creado un grupo de 'whatsapp' con actividades y ejercicios para que puedan estar más entretenidos en casa».

«Nosotras, por ejemplo, bailamos, hacemos bici estática, jugamos al escondite...», explica Marian, quien ha regulado las dosis de las bombas de insulina para adaptarlas a la situación. «Mi marido es el que va a la compra y al centro de salud a por nuestro material (sensores, tiras de glucemia, agujas...). Y también a la farmacia a por nuestras insulinas», añade. Y después, «desinfección completa de todo lo que llega desde fuera». «Yo salgo a la calle con mascarilla, con guantes. Y lo menos posible», añade José Ángel.

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«Hay un protocolo con la gerencia de salud para la atención a las personas con diabetes. Llamamos por teléfono, nos preparan el pedido del material que necesitamos y nos avisan de cuando podemos irlo a recoger a las puertas del centro de salud, sin tener que entrar. Lo ideal hubiera sido que lo pudiéramos haber recogido en la farmacia más cercana, a través de la receta electrónica, pero no ha sido posible», recuerda García. Desde la Sociedad Española de Diabetes destacan que es importante disponer en casa de «la cantidad necesaria de suministros, tanto de medicación como de monitorización de glucemia». Otro de los consejos que lanzan desde Adiva es gestionar el estrés, ya que la «ansiedad provoca descontrol en la glucemia».

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