Valladolid

El adelanto de la hora de cierre por el calor divide al mercadillo

Temperaturas que se esperan que marquen nuevos récords este miércoles, en el que el termómetro podría ascender hasta los 42 grados. Estas previsiones han llevado al área de Comercio, Mercados y Consumo y al área de Salud Pública y Seguridad Ciudadana a la puesta en marcha de un nuevo protocolo que obligará a los vendedores de mercadillos a desmontar sus puestos a las 13:15 horas, en lugar de a las 14:00, por las altas temperaturas.

El mercadillo ubicado en la calle Salud ha sido el primero, este martes, en 'cerrar' una hora antes, un hecho que no ha dejado indiferente a nadie y que ha generado opiniones dispares entre los vendedores. Hay quien piensa que es una actuación que no solo mira por los clientes, sino también por los propios vendedores. Por el contrario, otros advierten de que supondrá un perjuicio a la hora de realizar su jornada.

Los que se muestran a favor argumentan que es una buena medida, principalmente porque «solo va a estar activa los días que exista una alerta naranja, no es algo persistente». Los vendedores recalcan que por el momento no se han producido incidencias: «Aparte de tener agua en la zona siempre se encuentra la Policía Local, por lo que si ocurriera algo el tiempo de respuesta sería inmediato».

También señalan que no siempre les va a suponer un «perjuicio», depende de las zonas de venta, los horarios y las costumbres de los clientes, que cambian. «Los sábados estamos en una zona muy sombreada, por lo que no se produce ningún problema de calor ni sol, los domingos es cierto que la explanada cuenta con menos sombras. Y precisamente, como el domingo no se madruga, la gente aprovecha para comprar a última hora de la mañana, sobre la 13:00 y las 14:00 horas». Ahora en verano, según señalan, lo habitual es que los clientes adelanten las horas y aprovechen el «fresquito» de la mañana para realizar las compras, aunque sobre la una de la tarde el volumen de venta no desciende. «Nosotros recogemos a partir de las dos y media, que ahí ya no viene nadie».

«Al menos nos deberían dejar empezar antes», se queja una vendedora, que explica la repercusión negativa de la medida para los puestos que no cuentan con una parcela establecida. «Quien tiene un sitio fijo, a las 8:30 horas ya puede montar, el resto debemos apuntarnos en una lista y nos asignan una localidad a partir de las 9:30. Si no eres de los primeros en apuntarte, igual no empiezas a vender hasta las 10:30, por lo que con el nuevo cierre perdemos un montón de horas. Encima, si no recoges la policía te multa, así que no hay más remedio que acatar la orden».

Otros vendedores hablan de medidas «exageradas», ya que argumentan que el año pasado también hizo calor y no se llegó a «estos extremos». Hay quien señala que no es lo mismo «cerrar a las 13:15 que tener que irse a esa hora», porque para que el puesto quede completamente recogido a primera hora de la tarde deben empezar a desmontar a las doce del mediodía. «Si perdemos una hora más, el número de ventas se vería muy mermado y no sería viable».

Entre los clientes también existe disparidad de opiniones. A algunos no les afecta la medida. «Yo siempre vengo por la mañana, sobre las diez, ya que no hace mucho calor y así puedes pasear por los puestos sin problema y sin agobios». También está quien aprovecha para pasar por el mercadillo, «a ver si hay algo que pueda interesar», al salir de trabajar o al «bajar a tomar algo». Es el caso de Víctor Hernández, un vecino de la zona que cuando necesita algo lo compra al concluir su jornada laboral. «Yo empiezo a trabajar de madrugada, hasta las doce de la mañana. Cuando llego aquí ya es la una. Si cierran antes me quitan la posibilidad de llegar a tiempo. A mí, a nivel personal, no me parece que el calor sea para tanto, y más si se compara con el extremo del año pasado», afirma.