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Los familiares del cocinero de 26 años David Martínez, que murió el 6 de marzo a cuchilladas en Londres, viven con «incertidumbre» los vaivenes judiciales que rodean la investigación sobre el único sospechoso, un joven de tan solo 18 años, después de que ... el chico modificara su declaración inicial para defender ahora ante el juez su inocencia y de que la solicitud de nuevos informes psiquiátricos sobre la salud mental del procesado obligaran a suspender el juicio previsto para el mes de agosto. «Sabemos poco sobre el proceso, ya que no nos han permitido presentarnos como acusación particular, aunque parece ser que el juicio podría señalarse en torno al mes de marzo», explican los allegados del joven de origen colombiano que emigró siendo niño a Valladolid, ciudad en la que residen sus familiares (están afincados en Huerta del Rey) y en la que él mismo vivía hasta que viajó a Londres para trabajar como cocinero apenas unos días antes de su muerte.
Las pruebas sobre el acusado, Carlos Rueda, de 18 años, parecen claras y el fiscal «le considera autor del asesinato de David» gracias a los testimonios de algunos testigos o los indicios recogidos en el arma (un cuchillo de cocina), según apuntan los familiares de la víctima, quienes reconocen que poco más saben sobre el proceso «más allá de lo que nos va contando un investigador».
El sospechoso, que fue detenido al día siguiente del crimen, era el hijo de la casera del propio cocinero de Huerta del Rey, quien había alquilado una habitación en una vivienda del barrio londinense de Leyton, de la que tenía previsto mudarse solo dos días después del crimen después de mostrar abiertamente a sus allegados que tenía miedo precisamente del hoy acusado de su muerte.
«Tenemos una confianza absoluta en la Justicia inglesa y confiamos en que el sospechoso, incluso si se considera que sufre algún tipo de problema mental, sea condenado a una pena elevada en un centro adecuado para evitar que a nadie le ocurra lo que le pasó a David», apuntan sus familiares antes de aclarar que aún desconocen las penas que solicita la Fiscalía. «Nos han dicho que, en principio, no podría ser condenado a prisión permanente al ser menor de 21 años; si bien parece ser que debía tener antecedentes y, de ser así, sí podría cumplir cadena perpetua», añaden.
Los allegados de la víctima recuerdan que, dentro de «lo poco que sabemos sobre la investigación», parece ser que el sospechoso «reconoció en un primer momento los hechos y que después, justo antes del juicio –señalado para el pasado 18 de agosto–, se declaró inocente en una comparecencia previa ante el juez». La vista, en cualquier caso, se acabó suspendiendo. «Sabemos que faltan esos informes y estamos pendientes de la fecha definitiva del juicio, aunque parece que podría señalarse en marzo», reiteran los familiares. El presunto autor del crimen, entre tanto, continúa en prisión a la espera de la celebración de la vista.
Paciencia, en cualquier caso, no les falta a los allegados de David, que tardaron dos meses en cumplimentar los farragosos trámites burocráticos para poder repatriar las cenizas del joven de 26 años, que descansan desde el 9 de mayo en el columbario de la iglesia de San Lorenzo.
David Martínez murió a media tarde de aquel 6 de marzo a escasos metros de la casa en la que tenía alquilada una habitación, en la calle North Birkbeck Road, en Leyton, al este de Londres, donde recibió golpes y media docena de cuchilladas. Logró salir con vida, aunque se desplomó en la misma calle. Los médicos certificaron su muerte a las 17:10 horas. Scotland Yard detuvo al hijo de su casera por el crimen al día siguiente.
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