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«En una situacion de ira, vergüenza, culpa y desesperación, el acusado realizó la agresión». El psiquiatra contratado por la familia de Miguel Ángel López Gálvez, El Terre, ha declarado ante el tribunal que la personalidad «altamente emocional» del acusado, unida a la situación de ... estrés que sufrió en el mes antes del crimen porque su esposa le había propuesto la separación, el encuentro sorpresivo con la nueva pareja de su mujer a la puerta de la casa de sus padres, que hasta ese momento desconocía, junto a que habia dejado el consumo de cocaína, le llevaron a cometer el crimen. El perito ha afirmado que lo ocurrido la noche del 27 de diciembre de 2017 en la cocina de la vivienda en Medina, tras una discusión con su mujer Pilar V. V. por la custodia del hijo de ambos, que padece autismo, «fue un acto impulsivo también inaceptable y doloroso» para el propio autor del crimen.
Tanto es así, ha subrayado, que después de acuchillar en el abdomen a José Manuel Gutiérrez García, de 26 años, «el acusado tuvo una conducta de desconexión en la que estuvo diez minutos sin hablar de manera coherente y olvidó lo sucedido durante la agresión». A preguntas del fiscal y de la acusación particular, el perito ha descartado que El Terre «haya intentado simular» . También ha considerado verosímil el relato del acusado y de sus padres, en el que señalaron que la víctima intervino en la discusión y no dejaba hablar y por ello Miguel Ángel se abalanzó sobre el joven «para hacerle callar».
Tanto el psiquiatra como el experto en toxicología que había declarado con anterioridad han apuntalado la tesis de la defensa de que El Terre tenía disminuida su capacidad de decidir porque estaba sometido «a una emoción muy intensa». Esta interpretación de los peritos de la UVA contrasta con los informes de los forenses, quienes han considerado que, aunque el acusado se encontraba en el momento de los hechos en una situación de ansiedad, no tenia mermadas sus capacidades volitivas y es plenamente imputable, cerrando la puerta a una posible atenuación de la responsabilidad penal.
Los forenses también han descartado que la muerte del joven José Manuel Gutiérrez hubiera sobrevenido por una atención tardía o deficiente de los servicios de emergencia, sino porque la herida que recibió en el lado izquierdo del abdomen, de 15 centímetros, no solo afectó a varios órganos y perforó el intestino, sino también a la vena corta, por lo que perdió tres litros de sangre. La víctima, corroboraron, no presentaba heridas defensivas en los antebrazos y el golpe que mostraba en la cabeza pudo deberse a la caída después de recibir la cuchillada.
Respecto de la situación mental del acusado, han puntualizado que las pruebas del cabello realizadas confirmaron un consumo continuado y habitual de 'cannabis', aunque no aparecieron restos de cocaína. Su adicción a las drogas, ha puntualizado la forense, «no perjudicaba sus capacidades volitivas: tenía una vida adaptada, un trabajo y una pareja. Su ansiedad por la situación de su hijo y su crisis matrimonial puede provocar dificultades para controlar la ira, pero no afecta a su imputabilidad», ha subrayado la doctora.
Las partes expusieron después de la prueba pericial sus conclusiones finales. El fiscal pide 15 años de prisión por homicidio, mientras que la acusación particular solicita 20 años de cárcel. La defensa de El Terre pide que se tenga en cuenta las circunstancias de drogadicción y arrebato para mitigar la responsabilidad criminal y solicita que se imponga a su representado dos años y medio de cárcel.
En las próximas horas, el jurado se retirará a deliberar y se espera que emita veredicto antes del fin de semana.
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