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Un banco sin dinero, pero de valor incalculable. Valladolid cuenta con uno de los Bancos del Tiempo más antiguos de España y que, según sus ... socios, es referente a nivel mundial por su buen funcionamiento. Desde su creación en 2005, este proyecto ha fomentado la solidaridad, el intercambio de habilidades y la creación de una fuerte red de apoyo entre vecinos.
Sin embargo, en las últimas semanas, los socios han sufrido las consecuencias de un paréntesis de 15 días en la gestión del servicio, el tiempo correspondiente entre la adjudicación y la firma del nuevo contrato entre el Ayuntamiento y la nueva empresa gestora, Formacal. «Nos hemos sentido desinformados. Nadie nos avisó del cambio de gestión y de repente, desde la secretaría del Banco del Tiempo nos dejaron de enviar comunicaciones y no sabíamos por qué», comenta Bernardo Gálvez, uno de los miembros más veteranos, que presume de ser el socio número 22. Una preocupación que compartían muchos socios que, durante este lapsus de tiempo vieron cómo sus intercambios quedaban en suspenso sin explicación alguna.
Según los socios, los más afectados fueron las personas más mayores, que dependen del Banco del Tiempo para acompañamiento, ayuda en tareas domésticas y asistencia en gestiones diarias. «Muchas personas que contaban con este servicio para cosas urgentes, de repente encontraron sin apoyo», señala Martina Gambade, de 70 años y socia desde hace más de 14 años.
El concejal delegado del Área de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, Rodrigo Nieto, se acercó este pasado viernes hasta la sede del Banco del Tiempo para explicar a una representación de sus socios, los términos de la adjudicación del nuevo contrato que tendrá un presupuesto anual de 41.250 euros y una duración inicial de dos años, con posibilidad de prórroga por otros dos. Nieto destacó el compromiso del consistorio con la continuidad de este servicio que resulta tan esencial para muchos.
«El Ayuntamiento sigue apostando por el Banco del Tiempo como una herramienta clave para fortalecer la cohesión social y la solidaridad en Valladolid. Posiblemente éste sea uno de los proyectos más bonitos de los que dependen del Ayuntamiento, ya que todo aquel que tiene algo que aportar, puede hacerlo a través de esta red de voluntariado», explicó el concejal de Servicios Sociales durante la reunión. »En el mes de febrero hemos hecho la renovación en la adjudicación del contrato y ha habido un impasse de 15 días hasta la firma del mismo. El servicio ya está en funcionamiento. El cambio se ha realizado dentro de los plazos de tiempo legales. Entendemos y sentimos el malestar que haya podido causar a los socios, pero el proceso administrativo era necesario e inevitable«, añadió.
El Banco del Tiempo se basa en el intercambio de servicios sin que exista por medio, ningún tipo de transacción económica. La unidad de valor es la hora, independientemente del tipo de servicio prestado. Los socios pueden ofrecer y recibir ayuda en materia de acompañamiento, clases de idiomas, pequeñas reparaciones, apoyo informático o talleres de manualidades, entre otros. A lo largo del año, se organizan distintas actividades que buscan mejorar las relaciones interculturales, fomentar la integración de personas con discapacidad, fortalecer los lazos intergeneracionales e incluir a las personas mayores en la vida social para combatir la soledad no deseada. «Es un servicio que ha calado en la sociedad, porque la gente tiene muchas cosas que aportar y también muchas necesidades. A través la participación ciudadana se genera un espíritu de solidaridad que sólo se puede complementar a través del voluntariado. En Valladolid hay muchísima solidaridad, no hay más que ver el número de socios con los que cuenta el Banco del Tiempo», apuntó el concejal Nieto.
Según los datos de participación de 2024, el Banco del Tiempo registró 1.134 intercambios con un total de 805 socios, de los cuales 519 son mujeres y 273 hombres. Entre ellos, algunos llevan participando desde los inicios, como Bernardo Gálvez. «Yo hasta ahora, principalmente he realizado acompañamiento de personas mayores, niños o pequeñas tareas domésticas. A cambio, he recibido ayuda con asuntos informáticos y reparaciones en casa». Su compañera Martina Gambade, socia número 280, ha dedicado más de 10 años a impartir clases de conversación en francés y organizar visitas a museos. «Lo mejor del Banco del Tiempo es que todos valemos lo mismo y da igual la formación o experiencia de cada uno, ya que cada persona tiene algo importante que aportar», señala.
El Banco del Tiempo retomó el viernes 21 de marzo su actividad con energías renovadas bajo la gestión de la empresa Formacal, que se encarga de la administración, dinamización y promoción del programa, y tratará de mejorar aún más, la participación de los socios y optimizar la organización de los intercambios. «El banco cuenta con varios grupos de interés. Eso es principalmente lo que le diferencia de otros Bancos del Tiempo. Así, encontramos grupos de aficionados al cine, de ping pong, ajedrez, reciclaje, medioambiente e incluso uno denominado 'Café a las 12'», cuentan los integrantes.
Durante la reunión, Beatriz Sedano, gerente de Formacal, la empresa adjudicataria, también informó de que de forma inmediata se procederá a la actualización de la base de datos de socios y a mejorar los distintos canales de comunicación. Así, se piensa cambiar la web, se ha cambiado el correo electrónico (bancodeltiempovalladolid@formacal.com) y se ha habilitado un nuevo móvil de contacto (658 435 265), además del fijo 983 42 42 01. La sede se encuentra en un despacho del Centro de Personas Activas La Victoria, en la calle, San Sebastián, 3.
«Nosotros de lo único de lo que nos quejamos es de que hemos estado desinformados. Habría bastado un simple mensaje de WhatsApp avisando del cambio en la gestión para evitar la incertidumbre entre los socios. Si está solucionado, nos damos por satisfechos. Además, nos ofrecemos a echar una mano en lo que sea», comentó Pablo M., otro de los socios. «El banco del Tiempo es vital para muchos vallisoletanos, sobre todo, para los más mayores. Somos un capital activo muy necesario para la ciudad», señaló Judith Ferreira, una de las socias impulsoras de este proyecto allá en el año 2005, y quien también propuso revisar el reglamento que regula el funcionamiento de la entidad. «Es una red de apoyo increíble», dice Martina. «No solo se trata de intercambiar servicios, sino de crear lazos y combatir la soledad. Valladolid tiene la suerte de contar con uno de los mejores Bancos del Tiempo de España, y debemos seguir apostando por él», afirma. «Hace años se hizo un encuentro de Bancos del Tiempo de diferentes partes del mundo y el nuestro lo citaban como referente. Es único en la forma de funcionar», prosigue Bernardo.
Se contemplan tres modalidades de intercambios: los individuales, en los que un socio presta su tiempo a otra persona, los grupales, en los que un socio organiza un taller o actividad para el resto de los participantes con intereses afines; y los intercambios con asociaciones, que son aquellos en los que una entidad socia solicita colaboración y «paga en horas» al socio que realiza el servicio. Pertenecer al Banco del Tiempo es totalmente gratuito. Sólo se exige residir en Valladolid y ser mayor de 18 años.
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