El ácido agradecimiento de Óscar Puente a su Premio Limón de prensa

¿Se imaginan a Meryl Streep improvisando una actuación dramática en el escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles durante la recogida de un Oscar? ¿Y a Salman Rushdie recibiendo el Nobel de Literatura repartiendo un folio con una muestra de su escritura entre los asistentes a la gala en la Sala de Conciertos de Estocolmo? No, claro, ni falta que les hace. No tienen nada que demostrar precisamente porque les premian por haberlo demostrado sobradamente con anterioridad. Pero es que ninguno de ellos es Óscar Puente, a quien la Peña Periodística Primera Plana le otorga el Premio Limón Especial en la XLIX edición de los Premios Naranja y Limón y él se empeña en dejar constancia de lo mucho que lo merecía, de que no había mejor candidato. El ministro de Transportes, ante la imposibilidad de asistir a la premiación, ha grabado un video de agradecimiento con un fondo de árboles limoneros y lo ha subido a su red social, X, convertida ya desde hace tiempo en su hábitat natural. Bien. Ha hecho referencia en esa intervención al lugar preferente que ocupará la distinción en la vitrina que reserva para los galardones que recibe «y que por fin voy a poder inaugurar». Bien también. Pero Puente no sería Puente si no aprovechase la elegancia de su grácil salto para dejar recado con los cuartos traseros en las espinillas de sus contrarios.

«Quisiera empezar alabando las bondades del limón, puede que sea ácido, pero tiene más propiedades que el ibuprofeno, entre otras, ayuda a eliminar los desechos del cuerpo y nos protege de infecciones. Para el organismo de la democracia combatir los virus es muy importante ya se sabe que si escuece es que cura. No entiendo que algunas personas dicen que les gusta la fruta le hayan cogido tanta manía al limón. Conozco algún asesor que sufre con los limones, aunque no por ello deje de añadirlos a sus ocho gin tonics diarios». Sería tan burdo que el ministro hubiese identificado con nombres y apellidos a los destinatarios y destinatarias de sus puyas como imposible no imaginar en quiénes está pensando cuando las lanza. ... «les gusta la fruta»... «asesor que sufre con los limones y sus ocho gin tonics diarios». Puente cambiando la acidez del cítrico por la sosa cáustica. Puente demostrando que la queja que dio lugar al kit-kat de Pedro Sánchez y su demanda de una nueva política sin referencias, ni siquiera veladas, a cuestiones personales, en realidad era más un buñuelo de viento -o peor, no rige para según quién-. Puente, en fin, dándole la vuelta de tuerca definitiva al slogan del arte de la resiliencia: «Si la vida te da limones... císcate en tus enemigos».