Valladolid

Absueltos de robo continuado los tres presuntos de la 'Banda del BMW' que se declararon inocentes

Los ahora absueltos se enfrentaban por estos hechos a penas que sumaban diecisiete años de cárcel por delitos de robo continuado y grupo criminal.

En concreto, el fiscal del caso pidió para Víctor V.M. un total de siete años --le acusaba también de receptación-- y cinco años para los otros dos encausados, si bien en los tres casos el fallo de la Audiencia de Valladolid ha acordado absolverles tanto del robo como de su pertenencia a grupo criminal, según la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press en fuentes jurídicas.

El único delito que considera probado es el de continuado de receptación imputado a Víctor V.M, al que ha impuesto una condena de un año y medio de prisión y la obligación de indemnizar con 9.578 euros al propietario de un coche cuyas piezas reutilizó para poner en el suyo y con otra cantidad, a determinar en ejecución de sentencia, en favor de Liberty Seguros por la indemnización satisfecha por dicha compañía al asegurado de otro de los turismos despiezados.

En su fallo absolutorio para los tres encausados respecto del robo y pertenencia a banda organizada, la Audiencia de Valladolid hace constar que «no hay pruebas de que formaran parte de un grupo criminal que se dedicara a la comisión de robos en establecimientos comerciales, y que para ello se dedicaran a sustraer vehículos, lo único que hay son sospechas», ni siquiera por el hecho de que sus restos de ADN fueran localizados en algunos de los turismos robados.

De manera específica, las pesquisas policiales apuntaban que Victorino V.M. podría haber facilitado el garaje en el que se encontraron los vehículos sustraídos, aprovechando que su domicilio está en esa zona, así como que el entorno de la calle Gavilla y Rastrojo podría servir de punto de reunión de las personas que participaron en estos delitos, entre ellos los otros dos también absueltos.

En la primera jornada del juicio, dos de los siete encausados quedaron libres de cargos y otros dos llegaron a un acuerdo para asumir condenas de dos años y dos años y un día de cárcel, con lo que el proceso judicial quedó circunscrito a los tres ahora absueltos al rechazar éstos cualquier tipo de acuerdo con las acusaciones pública y particulares--las aseguradoras Liberty y Reale--ya que seguían mantienen su inocencia.

La última jornada del juicio, antes de que las acusaciones solicitaran la condena de los encausados y las defensas su absolución, estuvo centrada casi exclusivamente en la ratificación de las denuncias por parte de las personas que en su día sufrieron el robo de sus respectivos turismos, en total un Seat Ibiza, cuatro Seat León y dos BMW, así como de dos motocicletas, la práctica totalidad de ellos entre los meses de septiembre y octubre de 2019 y primeros de 2020 en Valladolid capital, Zaratán, Arroyo de la Encomienda, Burgos, Zamora y Villamuriel de Cerrato.

La mayoría los tenía estacionados a la puerta de casa o en el garaje y los echaron el falta cuando a la mañana siguiente se disponían a ir a trabajar o a llevar a sus hijos al cole y luego conocieron a través de la Guardia Civil, en unos casos horas después del robo y en otros varios meses más tarde, de que, en el mejor de los casos, habían aparecido con desperfectos y en otros prácticamente desguazados, quemados o con parte de sus piezas--motores, cajas de cambios, rejillas...--integradas en otro turismo utilizado por Víctor V.M, de ahí el delito de receptación por el que ha sido finalmente condenado.

Este es el caso del titular de un Seat Ibiza robado en septiembre de 2019 en la calle Cortes de Burgos, Miguel L.R, quien explicó que tiempo después la Guardia Civil le citó para que reconociera un coche de la misma marca intervenido en Valladolid que tenía incorporadas piezas del suyo. «Habían montado la práctica totalidad de mi coche en el que me enseñaron, hasta mis alfombrillas», denunció.

Peor suerte tuvo Ángel P.G, cuyo Seat León fue robado en enero de 2020 en su cochera de Villamuriel de Cerrato y que apareció veinte días más tarde totalmente quemado, aunque entonces pudo comprobar que le faltaban muchas piezas, entre ellas la rejilla central y un paragolpes 'trasplantados' a otros vehículos.

Otra de las víctimas, David R, titular también de un Seat León robado varias veces a la puerta de su casa, una de ellas el 18 de agosto de 2019 pese a que tenía un candado 'pitón' puesto en el volante que los ladrones cortaron con una cizalla, recordó que no volvió a tener noticias de su existencia hasta dos meses después cuando fue llamado por la Guardia Civil.

«Le habían quitado las ruedas, los espejos, la batería y tenía numerosos golpes», manifestado el afectado, quien añadió como dato anecdótico que el cuentakilómetros registraba «4.000 kilómetros a mayores en los que los autores habían estado dando palos por ahí durante dos meses».

En la misma línea, Sergio P, propietario también de un Seat León robado en Burgos en septiembre de 2019, destacó que cuando vino a Valladolid a reconocer su coche se encontró tan solo con la carrocería, le faltaba todas las piezas, «era únicamente un cascajo», al tiempo que subrayó que una cámara de seguridad del entorno captó el robo del vehículo y se pudo ver entonces que los autores «se lo llevaron como si tuvieran casi la llave, en apenas dos minutos».

Otro de los Seat León robados por aquellas mismas fechas pertenecía a Luis R, un joven que se había gastado «un dineral» en su equipamiento y que a pesar de estacionarlo de forma deliberada ante las puertas del Hotel Rey Sancho en Zamora capital «porque sabía que era muy goloso» no pudo evitar su desaparición.

Una de las víctimas, Rolando F, era la titular de otro Seat León que la 'Banda del BMW' utilizó la madrugada del día 24 de septiembre de 2019 como ariete para practicar un alunizaje fallido en la gasolinera 'Gas-Express' de la Avenida de Gijón en Zaratán y que fue abandonado totalmente allí «destrozado» por los autores.

Siete de los vehículos robados y dos motocicletas fueron localizados el 22 de octubre de ese año por la Guardia Civil en un garaje situado en la calle Gavilla del barrio vallisoletano de Girón, con la particularidad de que, tal y como esgrimieron las acusaciones para justificar su petición de condena, los investigadores hallaron en ellos restos biológicos de ADN y huellas dactilares de los tres acusados que constituirían la principal prueba incriminatoria.