Este establecimiento situado en la calle Lencería de Valladolid abrió en el año 2008 para ofrecer a los visitantes la posibilidad de comprar todo tipo de recuerdos de la ciudad. Sus inicios no fueron buenos y ahora, con la irrupción de la pandemia, no terminan ... de remontar el vuelo. «Con el negocio abierto desde la crisis esto solo ha ido de mal en peor», explica Montserrat Corrales, propietaria de 'El escudo de Valladolid'. «Los ingresos cuando comenzamos eran prácticamente nulos y poco a poco fuimos remontando el vuelo cuando se fue saliendo de la crisis, pero ahora este golpe nos ha dado muy bajo», destaca mientras observa la gran cantidad de mercancía con la que cuenta actualmente debido a las bajas cifras obtenidas de las ventas.
Publicidad
En su interior los turistas que visiten la ciudad pueden encontrar desde los ya tradicionales 'capuchoncitos' de cerámica o tela hasta mantillas, peinetas, llaveros, sacacorchos, pegatinas y un sinfín de elementos para el recuerdo. Montserrat asegura que «ahora mismo es un negocio prácticamente parado, completamente muerto debido a la pandemia y a las continuas restricciones. El hecho de que no puedan venir turistas de fuera hace que no vendamos nada, porque la gente de Valladolid no quiere para nada un recuerdo de su ciudad si no es para llevarlo a otro sitio al que va de visita. Y ahora eso tampoco se puede hacer». Para esta Semana Santa no espera gran cosa, pero confía en que no se limite la movilidad entre las provincias de Castilla y León y puedan venir visitantes. «Son los que harán gasto, porque si vienen de Segovia o Salamanca, por ejemplo, suelen llevarse algún dedal o recuerdo. Peor tampoco se esperan unas cifras de venta normales; estarán muy alejadas de lo que había antes, cuando no había pandemia», lamenta esta tendera.
Con la tienda abierta por la mañana y por la tarde, los viandantes no cesan su paseo para entrar en ella. Por su escaparate apenas se deja ver algún curioso atraído por la cantidad y diversidad de objetos con los que cuenta el establecimiento. Montserrat sostiene que abre la tienda «porque no queda otra, hay que trabajar, aunque los pagos se acumulan, las ventas no remontan y las ayudas prometidas son, por el momento, inexistentes». Si la situación no mejora, esta Semana Santa será «negra y nefasta» para el comercio local y esta vallisoletana tampoco vislumbra una buena previsión para el verano, época en la que llegan más visitantes de fuera a la ciudad. «No creo que lleguemos a facturar ni el diez por ciento de lo que se hacía otros años porque si no hay turistas no tenemos ingresos. Va a ser muy duro, aunque ya llevamos meses estancados, pero confío en que esto no derive en el futuro cierre de la tienda», sostiene Montserrat Corrales tras el mostrador.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.