Sergio Villasur y Claudia Martín, familia adoptiva que colabora con la protectora AlmanimalVa

Valladolid

El abandono de mascotas aumenta por la inflación y satura los centros municipales

En el Centro Municipal de Protección Animal llegan «muchos 'mails' con solicitudes de recogida, en algunos incluso se pide la eutanasia»

Mario Azcona

Valladolid

Sábado, 19 de agosto 2023, 14:11

La inflación está afectando también al mundo animal. La subida exponencial del precio de los alimentos y los combustibles está haciendo que aumente el número de familias que tienen dificultades para afrontar los gastos, principalmente de comida y sanitarios, que supone tener una mascota. «Es ... algo que sucede desde hace año y medio aproximadamente, cuando los precios empezaron a subir a raíz de la guerra de Ucrania, el verano en este caso no tiene nada que ver», explica Mario González-Posada, técnico veterinario superior de Salud Pública que trabaja en el Centro Municipal de Protección Animal de Valladolid. Tanto este centro como otros públicos se encuentran «al máximo», explica González-Posada, quien señala que «cada vez más personas se acercan para dejar a sus animales alegando, por ejemplo, problemas de alergias», una justificaciones que, en muchas ocasiones, esconde «problemas económicos e imposibilidad para mantener el bienestar de las mascotas».

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En el Centro Municipal de Protección Animal se reciben «muchos 'mails' con solicitudes de recogida, en algunos incluso se pide la eutanasia para la mascota, algo que un veterinario, si no existen motivos clínicos, no va a hacer». Para entregar un perro en centros municipales, que actualmente cuentan con lista de espera, existen una serie de requisitos: «No recogemos animales enfermos, se trata de un servicio público de adopción, el programa Adopta, que entrega a los animales vacunados y castrados». Diferente es el caso de los perros recogidos en la calle, que no cuentan con chip. En este caso, sí reciben un tratamiento antes de darles en adopción.

«También hemos detectado gente que viene con perros que presuntamente se han encontrado, pero que en realidad son suyos», señala Mario González-Posada. Para evitar que estos intentos de engaño se conviertan en algo recurrente, los centros municipales, al igual que las protectoras, cuentan registros de personas que ya han dejado animales con anterioridad, por lo no se les permite volver a adoptar.

Para las mascotas caninas, las fechas estivales son las peores del año, no solo porque se produzca un mayor número de abandonos, sino porque el número de adopciones desciende. Según explica Cristina Sanz, presidenta de la protectora AlmanimalVA, en Valladolid, «el no querer responsabilidades ni obligaciones» hace que el número de adopciones se vea reducido «drásticamente». Todo ello a pesar de que existen muchas opciones para aquellas familias o personas que no puedan llevarse a sus mascotas de vacaciones, o que por otras causas tengan que estar distanciadas de ellos durante algunos días, entre ellas las residencias caninas, donde van a estar atendidos y con todos los cuidados. Además, viajar con las mascotas es cada vez más factible, ya que el número de hoteles donde se admite su presencia va en aumento.

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Idoia Vázquez y Silvia García, familia adoptiva.

Si en verano se sigue produciendo un mayor número de abandonos, durante el invierno sucede todo lo contrario. Aumenta la 'acogida' de perros, que en muchas ocasiones son comprados para regalar en navidades. «La gente no quiere animales ni mayores ni con problemas», comenta Cristina Sanz.

Aunque durante este año AlmanimalVA no ha registrado un aumento reseñable de abandonos, sí se detecta que la mayoría de ellos afectan a los conocidos como 'PPP' (perros potencialmente peligrosos). «Son animales y hay que educarlos como a cualquier otro, da igual si son grandes o pequeños. Muchos de los abandonos responden a perros que han crecido y se han 'descontrolado'», explica la presidenta de esta protectora.

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Si bien durante la pandemia las adopciones, en general, aumentaron considerablemente, la realidad es que muchos de los perros que entraron en hogares en esa época han sido devueltos o abandonados de nuevo. Para evitar estos casos, AlmanimalVA optó por no gestionar nuevas adopciones y tan solo se limitó a terminar los procesos ya encauzados. «Para nosotros es necesario que exista un proceso de adaptación mínimo de un mes. Comprobar que la familia se adapta al animal y que el animal se adapte a la casa».

A la hora de abandonar un perro, Cristina Sanz, los motivos y las excusas «son infinitas». Se vuelven un «estorbo» y se recurre a tópicos como que el animal se volvió más agresivo a causa del embarazo de la dueña, aumento de celos ante un recién nacido o que se han mudado recientemente y en la nueva comunidad no se admiten mascotas. Incluso la presencia de niños en domicilio, muchas veces grandes compañeros de estos animales, es otro de los argumentos que engrosa las tasas de abandono.

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