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Más de 49.000 personas llegaron desde otras provincias para pasar la Nochebuena en Valladolid. Casi 61.000 vallisoletanos cambiaron de localidad para dormir el 24 de diciembre (de ellos, 25.939 dentro de la provincia). Y la capital registró ese día (desde las 18: ... 00 a las 21:00 horas) más de 134.252 desplazamientos. Son los datos de la operación 'Vuelve a casa, vuelve', que certifican los movimientos que durante esa fecha se producen para cenar con la familia.
Los datos los sirve el Ministerio de Transportes, que maneja un proyecto (a través de la geolocalización de los teléfonos móviles) para desvelar los flujos de viajes que se generan en España. La recogida de estos registros garantiza el anonimato (no se desvela la localización exacta de una persona concreta), pero permite determinar si alguien con su teléfono móvil ha pasado la noche fuera de su habitual lugar de residencia. A partir de esta premisa, y de acuerdo con los datos del 24 de diciembre, se puede trazar una radiografía sobre la Nochebuena en Valladolid. ¿Dónde cenaron ese día los vallisoletanos? Y, sobre todo, ¿qué fenómenos sociales están detrás de estas cifras?
Para empezar, la operación retorno. El rastreo de los móviles dice que 49.874 personas pernoctaron en Valladolid ese día procedentes de otras provincias. Todo apunta a que son vallisoletanos que residen fuera y que regresan durante estas fechas al hogar familiar… y eso incluye a los allegados, en el caso de que hayan formado familia. Hay 47.517 personas nacidas en Valladolid que viven en otras comunidades (de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística).
El mayor volumen de desplazamientos se da desde Madrid, con 16.090 personas, según los datos del Ministerio de Transportes. Es, de largo, el mayor trasvase de población con Valladolid en esa fecha. Y no parece extrañar si se tiene en cuenta que Madrid es, tradicionalmente, el principal destino de la emigración vallisoletana. Allí residen 35.036 personas nacidas en Valladolid, según el INE. La segunda provincia con más retornos por Navidad es Barcelona (2.245), seguida por tres territorios del entorno, como León (2.114), Salamanca (2.026) y Burgos (1.717). Este informe no incluye los viajes desde el extranjero.
Claro, que también se da el fenómeno contrario, el de aquellos que durante el año residen de forma habitual en Valladolid pero que, al llegar estas fechas, cogen el coche o el tren (en algunos casos el avión) para pasar la Nochebuena con la familia… y en algunos casos, también las vacaciones (con destinos de playa, como el Levante o las Canarias). De momento, obviamos los movimientos dentro de la provincia. Así, las cifras más altas de desplazamientos se dan hacia Madrid (3.732), Zamora (3.292), León (2.844) y Palencia (2.627), lo que también es signo de las migraciones tradicionales que ha recibido Valladolid, con población procedente, sobre todo, de provincias limítrofes que encontraron aquí un puesto de trabajo y que, en navidades, regresan a sus localidades de origen en Zamora o Palencia.
Si se baja a un nivel municipal, la capital madrileña se sitúa en primera posición (2.199), seguida de otras ciudades como Salamanca (1.022), Palencia (947), Zamora (831) y Burgos (782). Destaca, como curiosidad, que a continuación se sitúa Benidorm, con 730 pernoctaciones de vallisoletanos. O también Gijón (con 473).
En la siguiente tabla, puede consultar el número de vallisoletanos que han ido a pasar la Navidad fuera de su hogar (basta con introducir el nombre de un municipio de España).
Pero el mayor número de desplazamientos se produce dentro de la provincia. Hay que recordar que esta estadística del Ministerio que pilota Óscar Puente hace referencia no a los viajes que se generan solo para cenar (con aquellas personas que luego vuelven a su casa para dormir), sino a los que hacen noche fuera. Así, en principio parece complicado determinar el movimiento de vecinos de Parquesol que bajan a comerse los langostinos y el lechazo con sus padres en La Rondilla o Delicias. Pero la estadística sí que permite determinar que 25.939 vallisoletanos durmieron fuera de su habitual lugar de residencia esa noche. El mayor trasvase, en términos absolutos, se da hacia Íscar, Pedrajas de San Esteban y su comarca (con 6.850), seguido por la capital (5.065) y la comarca de Campaspero (3.190). En el entorno de Medina del Campo se localizan 894 pernoctaciones más y en la de Castronuevo se ronda las 894.
Si estos datos se comparan con los del padrón de estos municipios, el resultado es curioso, ya que dice mucho sobre la distribución demográfica de Valladolid y cómo es su perfil de vecinos. Las localidades que durante esta noche pierden población son, precisamente, los grandes municipios del alfoz. En La Cistérniga duerme esa noche el 4,9%, menos de población. En Zaratán, el 2,3%. En Laguna de Duero, el 1,9%. En Arroyo, el 1%. Son, precisamente, los municipios con la población más rejuvenecida de la provincia, con un padrón compuesto por familias que se marcharon allí a vivir (en un importante número procedentes de la capital) y que el 24 de diciembre van a cenar a los hogares de sus padres. Y eso, recordemos, que las cifras son de pernoctaciones (pasar la noche fuera), por lo que el total de quienes esa noche no estuvieron en estas localidades es, sin duda, mayor. Asi, por ejemplo, 208 vecinos de Arroyo durmieron en Valladolid capital (y también 78 de La Cistérniga) o 355 de Laguna.
En el otro extremo están las localidades que más población suman esa noche del 24 de diciembre. En cabeza se sitúan las comarcas de Campaspero (sube el 17,1%), con 160 personas procedentes de Valladolid capital, y Olmedo (16,3%), con 107 vallisoletanos allí alojados. En Alaejos y su entorno sube el 16,3%, pero en este caso el mayor aporte no viene desde la capital (59 personas), sino desde Medina del Campo (83).
Esto habla también del poder de absorción que han tenido también las cabeceras de comarca (con respecto a las localidades de su entorno). Así, este trabajo desarrollado por el Ministerio de Transporte y con el 24 de diciembre como fecha clave, ofrece pistas sobre la distribución geográfica de la población y sus flujos históricos. El retorno al hogar familiar para cenar esa noche refuerza esa alta presencia de vallisoletanos en Madrid, esa composición joven de los vecinos del alfoz o el retorno al pueblo que se vive en muchas familias para comer junto al árbol de Navidad de los padres.
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