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En la mañana del jueves, los colegios de Valladolid volvieron a cobrar vida. Las risas y el bullicio de los niños regresaron y los patios se llenaron de impecables uniformes y de mochilas relucientes cargadas con libros nuevos y lápices afilados. Los lloros, los mimos ... y algún que otro pataleo, se entremezclaron con los abrazos emocionados y miles de anécdotas veraniegas que contar. La emoción era palpable y la ciudad entera latía al ritmo del inicio de curso. Los niños y profesores de infantil y primaria de Valladolid, han comenzado el nuevo curso dispuestos a dar lo mejor de sí mismos en el aula.
En Valladolid y provincia han sido 44.758 los alumnos que han comenzado este jueves el curso escolar. De ellos, 5.150 pertenecían al primer ciclo de Educación Infantil y 10.740 en segundo ciclo de infantil. Los alumnos entre 1º y 6º de primaria son 28.400, 425 de educación especial y 43 alumnos que estudian ESO en centros de primaria.
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Cruz Catalina
Cada colegio ha tenido su propia forma de dar la bienvenida a los alumnos. Algunos organizan actos con música en los patios, otros preparan pancartas, mientras que otros optan por un recibimiento más sencillo pero igual de emotivo. En el Colegio San Fernando, este momento fue de lo más especial y divertido. Se trata de un centro multicultural, con alumnos de muy diversas nacionalidades, por ello, la temática de este año girará en torno a los viajes a esos países de donde proceden las familias que lo integran. «Hemos convertido el colegio en una gran aerolínea, 'SanFer Line' y hemos entregado a cada alumno una tarjeta de embarque al nuevo curso. Los profesores les hemos recibido disfrazados de azafatos y pilotos, para explicarles que comenzábamos un apasionante viaje para este curso 2023-2024. Cada mes viajaremos a un país. Así, conoceremos Bolivia, Guinea, India, Bulgaria, Bangladesh… al tener tantas nacionalidades en nuestra comunidad educativa, nos parecía una temática bonita en la que las familias se pueden implicar», dice entusiasmada Sara Casillas, directora de este centro educativo.
«Los niños estaban emocionados. Hemos hecho un photocall y en clase han preparado sus particulares maletas para el curso, viendo con sus tutores, qué meterían en ella: ilusión, compañerismo, motivación… Ha sido muy bonito», añade Casillas.
El primer día de la vuelta al colegio ha movilizado a 965 transportes en toda la comunidad, que se ha traducido en 95 en Valladolid. Los mayores problemas se han vivido en tres rutas que han sufrido incidencias en la primera jornada lectiva. Desde la Consejería de Educación explican que los problemas ya han sido subsanados para evitar inconvenientes a los padres y alumnos una vez finalice el primer día del curso escolar 223-2024.
Para el CEIP Parque Alameda, el que comienza, también será un curso muy especial. El de sus bodas de plata. Para esta efeméride, el claustro de profesores ha organizado un sinfín de actividades en las que pretende hacer partícipes a todos los alumnos y familias que han pasado por sus aulas. «Los niños han entrado muy ilusionados y nerviosos. Tenían ganas de volver a ver a los compañeros y estaban expectantes por ver con qué profesor les había tocado. Somos 18 docentes en el claustro, dos de ellas, son nuevas incorporaciones y también les hemos dado la bienvenida. La recepción ha sido en el patio, con música, para dar mayor alegría y todos los padres han podido observar cómo sus niños entraban contentos. Los nuevos han podido entrar acompañados», explica Gabriel Rodríguez, su director. «Para este curso tenemos en torno a 170 alumnos y estamos especialmente ilusionados porque hemos recuperado un aula de infantil de 3 años».
En el Colegio de Educación Especial número 1, situado en la calle Antonio Machado, la entrada también estuvo protagonizada por los besos y abrazos, aunque también se encontraron con algún que otro berrinche. Sus alumnos con necesidades especiales son muy sensibles al cambio de rutina, por ello, el personal docente trató de hacer que la transición fuera lo más llevadera posible. Las risas, los juegos y las canciones, fueron la herramienta mágica que convirtió los nervios del primer día en alegría, demostrando que allí, la inclusión es una prioridad. «Había mucha expectación. Les estábamos esperando en el hall del colegio. La mayoría de los niños, como ya nos conocen, nos han recibido muy felices. Tenían muchas ganas de volver. Entre los nuevos ha habido bastantes lloros. Son niños que necesitan una rutina y cuando se salen de ella, lo pasan mal. Poco a poco, con mucho cariño y a base de juegos y de que estén un ratito con sus papás, enseguida se les pasa», explica Natalia Sanz, secretaria de este especial colegio en el que la anécdota del día, ha sido el fallo de una ruta de transporte.
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En el CEIP Francisco Pino empezaron la jornada con mucha energía y con una inspiradora banda sonora, la canción 'Está x venir', himno de la Selección Femenina de Fútbol. «Queríamos que entrasen muy animados y con mucha fuerza al cole. Lo hemos vivido con mucha ilusión, mucha alegría y afortunadamente con normalidad. Les hemos deseado a todos un feliz curso nuevo. La plantilla la formamos 40 personas, entre personal docente y laboral y todos, hemos salido a recibir a los niños con carteles y prestando especial atención a los más pequeños de infantil y a aquellos de nuestros alumnos con discapacidad motórica. Estamos muy expectantes ante el nuevo curso en el que nos tendremos que adaptar a la nueva Ley Educativa. Es un curso ilusionante que ha empezado muy bien», apunta J. Pedro Palacios, su director.
En la puerta del colegio Teresianas se vio cómo los más pequeños se aferraban a las manos de sus padres, temerosos de separarse y cómo alguno se lamentaba de haberse olvidado el almuerzo en casa. Anécdotas como éstas son parte del folclore de la vuelta al cole, y se comparten entre padres con una mezcla de ternura y complicidad. «Los niños de primero de primaria estaban especialmente felices. Para ellos, acostumbrados a ir vestidos con el chándal del colegio, era toda una novedad verse en uniforme. Se veían muy guapos. Es un día muy emocionante para todos, aunque también de muchos nervios. Ayer por la tarde salió la lista de los alumnos admitidos en el proceso extraordinario. Este año, hemos tenido 11 alumnos en esta situación, cuando otros años teníamos 1 ó 2 y claro, algunas llegaban sin conocer el colegio, sin libros, ni uniformes. Pero todo se solventa poniéndole mucho cariño», indica Amaya Carrera, directora de infantil y primaria de Teresianas. «También hemos notado que al ser jueves y mañana festivo, muchas familias han cogido puente y nos han avisado que faltarían a clase. Aproximadamente entre 2 y 3 alumnos por clase han faltado por esta circunstancia», agrega.
Los patios de los colegios, que durante las vacaciones permanecen en silencio, a primera hora, eran un hervidero de niños y grandes. El de La Salle, que es conocido por su hermoso patio central, volvió a convertirse en escenario perfecto para reuniones y juegos. El bullicio era ensordecedor y precioso al mismo tiempo.
«Las entradas de los peques siempre son muy animadas. Todos querían contarse sus aventuras del verano y las familias estaban deseando reencontrarse también. A las familias nuevas las hemos visto con muchas ganas de conocer al resto. Es un día precioso. Hemos pasado lista en el patio y una vez que todos estaban en fila han subido a las aulas a pasar la mañana con los tutores. Este año, el lema del colegio es 'Gracias' y toda la dinámica de hoy ha girado en torno a dar las gracias por volvernos a encontrar», informa Miguel Ángel Alonso, responsable de comunicación de La Salle.
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