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La tercera parte de los fracasos escolares está motivado por problemas de visión no resueltos. Es la llamada pobreza visual infantil. Las sucesivas crisis económicas desde 2008 y ahora la pandemia de covid han reducido las visitas al oculista en Castilla y León ... y en España en un 25%. Y hace que muchas familias no puedan afrontar los costes de las necesidades oculares de sus niños.
Un informe de la Asociación Visión y Vida advierte de que cerca de 26.500 menores de 18 años de la región sufre esta pobreza visual, lo que significa que 7 de cada 100 niños vive un desarrollo con 'nubarrones' por carencias en sus ojos. La pobreza visual afecta a aquellos casos en los que esta población vulnerable necesita gafas, lentes de contacto o terapia visual para poder ver bien, pero la situación económica de su familia le impide el acceso a una adecuada salud visual. A esa cifra hay que añadir la posibilidad de que los otros 60.000 menores en los límites de la pobreza (hay 85.000 menores de 18 años en ese riesgo en la región) podrían sumarse a esta realidad en cualquier momento.
Visión y Vida, una asociación formada hace más de 60 años por asociaciones de oftalmólogos y en la que colaboran miles de ópticas del país, eleva las cifras del riesgo entre los menores españoles por encima de los 750.000 (761.157 niños/as). Para elaborar este diagnóstico han contado con la ayuda de más de 1.400 ópticas españolas que elevan el riesgo de mala visión por falta de controles a 6,1 millones de personas.
«El niño no es consciente de que tiene un problema en la vista -advierte la óptico-optometrista y coordinadora de Visión y Vida, Elisenda Ibáñez, quien también recuerda que «tenemos el mejor ratio de ópticas de Europa, pero desde 2008 se han reducido las revisiones en un 25%».
No ver correctamente puede tener un alto impacto en la vida y el desarrollo de los menores afectados. «Un menor con un problema de visión no compensado puede ver comprometidos sus resultados académicos, fracasar en sus estudios, en su desarrollo como persona y afectar a su futuro como miembro de la sociedad», insiste Elisenda Ibáñez.
La asociación lleva desde el inicio de la pandemia del covid-19 explicando cómo se están generando casos de pobreza visual entre el 20,7 % de la población que vive bajo el umbral de la pobreza. Por eso han lanzado un campaña en Change.org en la que reclaman la creación de un Fondo Público para la Visión. Sería un bono de 100 euros que pueda llegar a cada familia que lo necesite para mejorar la vista de sus niños. Harían falta unos 265.000 euros en Castilla y León y 75 millones en toda España para acabar con el problema. Hay antecedentes como el Bonus Vista de Italia (15 millones anuales en los próximos cuatro años) o las ayudas directas que da el Ayuntamiento de Valencia. «Hemos logrado que con los diferentes fondos europeos se suplan muchas carencias y se proyecten nuevas iniciativas en España. Ahora es el momento de la salud visual de los menores», reclama el presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina.
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