Obligan al Ayuntamiento a indemnizar a un marmolista que no pudo grabar sepulturas

Hace diez años, eran habituales sus protestas en los plenos, sus intentos de encierro en el cementerio del Carmen, su periplo por la ciudad con un Mercedes amarillo que arrastraba dos ataúdes en un remolque. Se llamaba Andrés Ramírez, tenía una empresa de mármoles, emprendió una lucha por un acuerdo de Nevasa que el Tribunal de la Competencia censuró después por abusivo y la Justicia acaba de emitir una sentencia que le otorga de nuevo la razón... aunque Andrés falleció el pasado mes de agosto ya no está aquí para comprobarlo.

El juzgado contencioso administrativo número 2 ha condenado al Ayuntamiento a abonar a la empresa Mármoles y Limpiezas San Andrés de la que Ramírez fue titular «la cantidad que se fije en indemnización» por los «daños y perjuicios ocasionados» entre el 1 de enero de 2007 y el 3 de julio de 2009, periodo de tiempo en el que estuvo en vigor el acuerdo de Nevasa con una asociación compuesta por siete marmolistas (Asocimar) para acometer en exclusiva «las inscripciones o grabaciones de las lápidas correspondientes a las personas fallecidas e inhumadas en el cementerio del Carmen durante ese periodo». Desde la empresa San Andrés aseguran que hasta ese momento contaban con el 90%del negocio y que el acuerdo de Nevasa con la asociación provocó de hecho un monopolio que le impidió trabajar en el sector y que le provocó unas pérdidas que, solo en el caso de las inscripciones, estima en 128.000 euros (y que junto a otros conceptos podría alcanzar los 264.000).

La sentencia no es firme y el Ayuntamiento (así como Nevasa)ya han interpuesto un recurso de apelación en el que explican, entre otras cuestiones, que la cantidad que solicitan los demandantes es excesiva, por confundir facturación o ingresos con beneficios y por incluir también el IVA. «Además, el principal beneficiario fue la asociación de marmolistas, ya que el Consistorio no ha percibido ningún céntimo», aseguraron ayer desde Nevasa.

La sentencia condena al Ayuntamiento por permitir con su pasividad que Nevasa restringiera indebidamente la libre competencia, en omisión de su obligación de velar por el cumplimiento de la memoria, bases y reglamento de los cementerios municipales, tolerando la actuación de Nevasa.

El Tribunal para la Defensa de la Competencia de Castilla y León ya impuso en octubre de 2009 a Nevasa una multa de 182.184 euros por una infracción grave al detectar que había cometido «prácticas concertadas o conscientemente paralelas entre empresas que no son competidoras entre sí», que perjudicaron a los consumidores y a empresarios terceros, entre los que se encontraba la empresa de mármoles San Andrés, que no pudo efectuar estos trabajos.

Desde ese mismo momento, a finales de 2009, Nevasa modificó el procedimiento de inscripción de lápidas, que está «abierto a todo el mundo», en una convocatoria pública cuya licitación se publica mensualmente, en tres lotes, en el perfil del contratante de la web de la empresa funeraria, en la que el Ayuntamiento dispone del 51%de las participaciones y el 49% restante corresponde a la empresa Sitkol, SA.