Jesús Nieto
Domingo, 9 de abril 2017, 20:39
«Estaba preocupado sobre todo por mi hija (de muy corta edad)», dijo el padre cuando los bomberos le sacaron del cajero automático de la sucursal que Bankia tiene en la avenida Madrid en Laguna de Duero. Durante hora y media, desde las dos menos cuarto hasta las tres y cuarto, padre e hija esperaron a que les rescataran del cajero automático ya que la puerta no se abría.
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Cuando vio que no podía salir por sus propios medios llamó por el teléfono móvil a la Policía Local de Laguna, quienes se pusieron en contacto con responsables de la entidad bancaria para que acudieran a liberar a los vecinos atrapados. Pero en vista de que el tiempo pasaba y nadie se personaba en el lugar y del calor que hacía en el interior de la oficina, se optó por avisar a los bomberos quienes tuvieron que derribar la puerta para conseguir su liberación.
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