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La Plaza Mayor de Valladolid, durante la Guerra Civil.
Fotografías con historia

Fotografías con historia

El coleccionista Luis Posadas reúne en un libro138 imágenes rescatadas del olvido

Víctor Vela

Domingo, 2 de abril 2017, 22:31

«Fíjate en la foto de la portada del libro», invita Luis Posadas Lubeiro, coleccionista con pedigrí. Y uno ve a una mujer con dos libros en la mano, una sonrisa en blanco y negro, un par de pies que corren hacia un autobús que sale de Fuente Dorada y promete llegar hasta Pilarica. Es 1959. «¿Sabes por qué me gusta?», pregunta Luis, para responder en menos de un clic:«Porque las mejores fotografías son las que tienen una historia encerrada».

Esas son las buenas.

Luis las reconoce a la primera. En parte, se dedica a eso. Durante los primeros años de este siglo XXI atendió un local de libros antiguos y colección de papel en la calle Macías Picavea. Hoy el negocio sigue con una tienda on line (El tragaluz) en el portal Todocolección. Cuando alguien quiere deshacerse de la biblioteca del abuelo, de los libros que sobran en casa, de archivos que ocupan sitio de más, entonces llama a Luis. Y Luis cruza los dedos para que allí haya alguna de estas fotos con historia.

El paraíso es una caja de zapatos llena de papeles revelados. A veces son retratos guardados en los botes de Cola Cao. Oescondidos entre las páginas de un libro. «Cuando alguien me dice que quiere deshacerse de un viejo álbum, siento como si me invitaran a entrar en sus vidas». Yla situación es más habitual de lo que parece. Hay demasiados muertos sin descendencia. Demasiadas mudanzas sin destino. Demasiadas familias que no saben qué hacer con tanto papel legado por el ser querido. YLuis se queda con ello. Lo estudia, lo cataloga, lo comparte a través de las redes sociales y luego, con las mejores imágenes, publica un libro.

Valladolid:recuerdos e infancias es el resultado impreso de una aventura que comenzó en Facebook y que ya ha reunido a más de siete mil seguidores. Allí, en ese rincón de Internet, Luis comparte algunas de esas imágenes que ha recopilado para su colección... e invita a los internautas a imaginar qué historia hay detrás de cada foto, adónde se dirigía esa mujer que corre para coger un bus en Fuente Dorada, qué son esos libros que lleva en la mano, por qué hay tanta gente detrás que la mira.

«La idea es ir un poco más allá de la colección de fotos antiguas. Invitamos a la gente a elucubrar sobre lo que reflejan esas imágenes. No interesa tanto que la foto sea perfecta desde un punto de vista técnico, sino que cuente una historia», indica Luis, quien ha escrito relatos para acompañar estas instantáneas de un Valladolid que ya no existe. Por ejemplo, de ese carruaje de un Carnaval de los años 30. De los trabajadores e esa fábrica de toldos en la calle Leopoldo Cano, en los años 20. De esos niños que hace siete decenios disfrutaban de una chocolatada, los morros y baberos llenos de huellas marrones. De esas niñeras uniformadas que descansaban al sol del Campo Grande en los años 60.

Luis atesora más de diez mil fotos. De ellas, casi la mitad pertenecen a la historia íntima de Valladolid y los vallisoletanos.Cuenta que algunos descendientes de los protagonistas de las fotos los han reconocido a través de Internet. Dice que le gustan aquellas en las que hay un resquicio que permite descubrir escenarios vallisoletanos que ya no existen. «Me entusiasman las fotos anteriores a 1960. Nos descubren una ciudad desparecida. Me atraen sobre todo esas fotos de los años posteriores a la Guerra Civil y anteriores a la piqueta. La ciudad ha perdido un patrimonio enorme por culpa de una construcción sin medida entre los años 60 y 70. ¿Cómo es posible que desapareciera el Teatro Pradera?Hay cosas que no se pueden entender», dice.

Los cromos de juventud

Recuerda que su afán coleccionista se remonta a su juventud, cuando contaba con 20 años e intentaba recuperar los álbumes de cromos de su infancia:Vida y Color, Los Picapiedra, la Familia Telerín. «Me curtí en Cantarranas», en esas jornadas de intercambio de material. «Empecé para conseguir todos esos cromos que perdí con las sucesivas mudanzas de mi familia.Primero los álbumes, luego los tebeos». Y después, su salto al coleccionismo de papel:desde los libros hasta estas fotografías ahora reunidas en parte (138) en un libro del que se han editado 1.500 ejemplares y que está a puntito de agotarse. «Me estoy planteando lanzar un segundo libro, porque estas fotos evocadoras tienen mucho éxito». Y, por supuesto, muchas nuevas historias que contar.

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