Un radar móvil de la Guardia Civil de Tráfico, apostado en la N-601, en Aldeamayor.

Los radares móviles de Valladolid multan el doble que los fijos

Las patrullas camufladas, pese a estar señalizada su situación, detectan cada día a 135 conductores superando el límite de velocidad

J. Sanz

Lunes, 27 de marzo 2017, 12:40

Los radares de carretera, fijos y móviles, multan más del doble que sus homólogos de la capital con una media que supera las doscientas sanciones por exceso de velocidad al día hasta rondar las ochenta mil multas tramitadas durante el año pasado. Y eso que en las vías interurbanas de la provincia, a la espera de los resultados del recién inaugurado radar de tramo de la carretera de León, en Medina de Rioseco, no hay dispositivos multicarril como los cinco desplegados en el casco urbano. Pero es que son las patrullas camufladas de la Guardia Civil, junto al temido helicóptero Pegasus, los que se llevan la palma en cuanto a retratos de infractores con una media de 153 multas al día.

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Los radares móviles de Tráfico tres equipos acoplados a las patrullas y uno más en el Pegasus cazaron solo el año pasado a la friolera de 56.148 infractores, frente a las 23.356 sanciones (64 al día) interpuestas por los nueve radares fijos de la DGT diseminados, en su mayoría, por las vías interurbanas (ocho) y en la ronda interior este (VA-20) de la capitaL

Nada menos que 79.504 sanciones (217 al día) por exceso de velocidad se tramitaron el año pasado gracias a sendos dispositivos de vigilancia, según recogen los datos facilitados por el Gobierno a una pregunta parlamentaria del diputado socialista malagueño Miguel Ángel Heredia y el último informe sobre radares de la Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Y todo ello a pesar de que en la actualidad la presencia tanto de los radares fijos como de los móviles, salvo el Pegasus, claro, está señalizada con antelación suficiente.

Esa cantidad de multas interpuestas en las carreteras duplica con creces las registradas durante el mismo periodo en una capital que cuenta con la friolera de diecisiete radares fijos y dos móviles de la Policía Local la presencia de estos últimos no se señaliza. Los fijos sancionaron el año pasado a 29.318 infractores, a razón de 80 al día, y los móviles cazaron a 4.877 conductores (13 al día). Así que fueron 93 las sanciones diarias por exceso de velocidad tramitadas en el casco urbano frente a las 217 de las vías interurbanas.

Los radares más multones, pese a todo, se encuentran dentro de la capital, como son los multicarril de las avenidas de Burgos (12.476) y de Madrid (8.488); seguidos por el radar del kilómetro 156 de la A-62, en Tordesillas (8.266), y el situado en el kilómetro 170,5 de la N-601, en La Pedraja (5.968). El quinto lugar lo ocupa el dispositivo de la avenida de Zamora (4.081) y el sexto, el del kilómetro 171 de la A-6, en Rueda (4.038).

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Y luego está el extraño caso del avisador de velocidad del Polígono Argales. Estos dispositivos tienen un evidente carácter disuasorio para pacificar el tráfico que, en el caso del recién colocado en la calle Daniel del Olmo, resulta un tanto contradictorio si se tiene en cuenta que, en realidad, incrementa en diez kilómetros por hora la velocidad permitida en la arteria principal del polígono de Argales, que estaba limitada a 40 en el tramo que discurre desde el paseo del Arco de Ladrillo en sentido al de Zorrilla. Eso, al menos, es lo que indica la señal situada nada más superar el paso a nivel, 150 metros antes del cinemómetro informativo colocado en la mediana, que eleva a 50 la velocidad permitida. Su presencia, pese a todo, sí ha logrado reducir los excesos antes del peligroso cruce con Vázquez de Menchaca.

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