La despedida de Eva, la librera

La calle Torrecilla es una suerte de gran superficie parcelada en pequeños establecimientos en los que se puede uno vestir, calzar, llenar la nevera, amueblar el hogar, arreglar la casa, expandir el alma con libros y cultivar el cuerpo en su academia de baile o en su gimnasio. Ese gran bazar perdió ayer su librería, la de Eva, por jubilación.

Ya no tendrá que aclarar que «no se hacen fotocopias, no es una papelería» ni romperse la cabeza cuando le piden «un libro azul». Después de 18 años, Eva Mata cierra para empezar a leer «por gusto».

Su vida laboral está unida a los libros. Jefa de la librería de Galerías Preciados, lo dejó cuando pasaron a manos de El Corte Inglés. Decidió dedicarse a lo que le gustaba por su cuenta. «Torrecilla está llena de tiendas pequeñas. Nos llevamos bien todos e hicimos una asociación», recordaba la víspera de su despedida. «Este es uno de esos trabajos que si te gusta, pagas por hacerlo. Te permite un contacto cercano con la gente;durante estos años he hecho muchísimos amigos y estar en algo que me encanta».

Optó por hacerse con una librería generalista, «Valladolid es pequeña para librerías especializadas», con sus «novedades, libro infantil y manteniendo un poco de fondo». Si hace memoria, los más vendidos de estos años han sido Stieg Larsson, los Harry Potter, Ruiz Zafón y El código da Vinci. «Curiosamente vendí muchísimos ejemplares de Es fácil dejar de fumar si sabes cómo así como de los Rincones con fantasmas de Valladolid o El tiempo entre costuras, de María Dueñas». Pero de lo que más orgullosa está es de las recomendaciones personales que a partir de la intuición crearon un vínculo personal con ciertos clientes. «Ya cuando recibía las novedades las pensaba para algunos clientes. He recomendado y vendido mucho Elúltimo encuentro, de Sandor Marai, 84, Charing Cross Road, La sociedad literaria y el pastel de piel de patata, Szymborska, Donna Leon o Fred Vargas. También me gusta mucho James Salter y lo he vendido bastante», dice Eva. Aunque a renglón seguido hace la siguiente consideración: «¿Quién es una para negarle un título a nadie? Empecé teniendo el libro de Belén Esteban en un rincón, porque se empeñó el distribuidor y acabé reconociendo que si mi público lo quería no tenía que ir hasta el Carrefour a por él. ¿Qué pasa por tener a Ruiz Zafón si te paga la renta? Otro fenómeno curioso ha sido las ventas de Patria, algunas señoras venían por recomendación de Jorge Javier Vázquez en el Sálvame. Nunca se sabe».

Jerónimo Stilton

El escaparate es más que un escaparate si se rodea de fotografías, «me encantan», o de etiquetas que advierten al lector:«No es un superventas, sino un recomendado». «Comencé a ponerlo porque había tantos libros que cuando me pedían consejo no sabía dónde estaban», explica la librera. Por otra parte, su labor ha sido detectivesca. «A quien le gusta leer pide unas cosas, pero los que entran diciendo que no les gusta y quieren empezar no les vas a dar a Kafka o Proust. Mejor será empezar por algo sencillo, como María Dueñas. Ylo mismo para los niños, lo que ha hecho series como la de Jerónimo Stilton no lo han hecho muchos maestros».

Le produce cierta pena haber intentado el traspaso y no lograrlo. «No por la cuestión económica, sino porque la gente quiere un puesto de trabajo sin más, sin amor a este oficio y sin arriesgar nada. De esto se puede vivir y si los jóvenes fueran un poco más atrevidos, seguro».

Algunos de esos jóvenes han optado a la vuelta de la esquina por la segunda mano, en un local donde antes hubo una tienda de discos Mastropiero va creciendo Libros&Libros. «El mercado de segunda mano ha sido poco explotado en España y ahora parece que se presta atención. Recuerdo un pueblo francés, con la idea de Urueña, pero con todas las librerías dedicadas a la segunda mano», dice Eva.

Ha ido colgando frases que ha constatado con el tiempo. Ahora que quiere dedicarse a los clásicos que tuvo que abandonar, a Montaigne y a Cervantes, está convencida de algo que puso un día: «Las librerías atraen a la buena gente».

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