Pues no será porque no se haya dicho desde estas páginas algunas, unas cuantas, veces. Y no será porque no hayamos visto las barbas de nuestros vecinos pelar. Pero que, ahora, las instituciones vengan diciendo que van a hacer tal o cual cosa para frenar la proliferación de torcaces en la ciudad resulta un tanto irritante. ¿No se enteraron de lo que pasaba al sur de Guadarrama? ¿O en las islas británicas? No hay que ser un lince para saber que si hay una especie animal que está colonizando ciudades, tarde o temprano lo hará en Valladolid. No somos tan distintos. Hace cinco años era el momento de empezar a poner los remedios, no ahora. Hoy va a ser ya imposible erradicarla de las ciudades. Y, que no nos tomen por tontos, por favor. Ni con rapaces, ni con cañones ni con nada van a poder echarlas. No funcionan así las cosas. La torcaz ha venido y se va a quedar. Las de ahora, sus crías y las de otras ciudades. Junto al hombre se vive bien. Muy bien. Y con eso basta.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.