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El vestíbulo del instituto exhibe los instrumentos.

Una orquesta muy particular

Alumnos del Pinar de la Rubia diseñan instrumentos musicales con productos reciclados

Víctor Vela

Lunes, 20 de febrero 2017, 17:05

Hasta tienen un nombre. Se llaman cotidiáfano. Así designan a todos aquellos instrumentos fabricados con materiales de deshecho. Que si latas, que si cajas, que si botes, cuerdas, bricks de leche o chapas de refresco. Todo vale con tal de idear un instrumento que luego, con un poco de suerte y maña, sea capaz de producir música. Soledad Cueto, profesora de Música en el instituto Pinar de la Rubia, lanzó un reto a sus alumnos el pasado mes de diciembre:«Aver si sois capaces de fabricar un instrumento con todo aquello que os sobre de las fiestas de Navidad».

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Sus estudiantes aceptaron el desafío y el resultado puede verse estos días en el vestíbulo del instituto. Decenas de guitarras elaboradas con cajas de cartón. Arpas con botellas de detergente. Panderetas para las que se han usado cápsulas del café. Banjos con envases de queso curado.Sanzas diseñadas con pelos de segueta y conmutadores eléctricos. Baterías con latas y tapaderas de cocina. Unas castalueñas con conchas de vieira y canicas. Una orquesta entera con los restos rescatados del cubo de la basura. «Con esta iniciativa premiamos su creatividad», explica Cueto.

«La idea es que piensen en cómo dar nuevos usos a materiales que irán a la basura». Pero, además, se persigue demostrar que la capacidad de hacer música está por todas partes. Hay dos premios: al instrumento que mejor suene y al que tenga una presentación más atractiva. Además, los alumnos tienen que defender las bondades de su creación delante de toda la clase. «Esto también les anima a ser emprendedores, a diseñar una idea y luego venderla».

Pablo Hormigo, por ejemplo, ha construido una batería con latas de conserva, tapaderas y botes que ha encontrado por casa:«Suena a metal, pero algo se puede tocar». Ángela Campos ha diseñado una flauta de pan con tubos de PVC, cortados de tal manera que puedan emitir las diferentes notas musicales. Internet ha servido de guía para saber qué distancia debía tener cada uno de los tubos para afinar el sonido. Paula Gómez ha preparado una kalimba con una caja de galletas de mantequilla y las púas de un rastrillo. YLucía de las Moras ha ideado un carrillón con botellas de cava llenas de agua.

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