Mar Domínguez
Jueves, 9 de febrero 2017, 14:16
Alineada con Íñigo Errejón, que presenta su lista al congreso de este fin de semana en Vistalegre bajo el lema Recuperar la ilusión, la diputada Tania Sánchez excluida, no obstante, de esta candidatura confía en que el cónclave permita cerrar una crisis que prefiere denominar debate de ideas para que Podemos avance hacia su conversión en un partido gobernante y, mientras tanto, sea dirigente. No se imagina un Podemos sin Pablo Iglesias como secretario general, quien opta con la lista Podemos para todas, pero tampoco sin Errejón ni los fundadores. De estas opciones habló ayer en Valladolid en un acto con simpatizantes.
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A usted se la sitúa como seguidora de la opción de Íñigo Errejón para la refundación de Podemos. ¿Qué diferencias existen entre la propuesta de Pablo Iglesias y la de Errejón? ¿Son insalvables?
No, yo creo que hay un tronco común, que es la apuesta firme por recomponer el modelo de país con el centro de la política puesta en los derechos humanos y en que las mayorías sociales tengan una vida digna. Parece poca cosa, pero es crucial en un tiempo en el que los grandes partidos políticos siguen apostando por respaldar más los intereses de las minorías que los de las mayorías. Hay diferentes lecturas del momento político y, por tanto, diferentes estrategias de lo que debe hacer Podemos a partir del cierre del ciclo electoral que debió haber terminado el 20 de diciembre de 2015 y se atrasó un año. Y en esas diferencias creo que hay elementos cruciales. Recuperar la ilusión cree que sigue habiendo una ventana abierta que no se ha cerrado con ese resultado del 26-J de la investidura de Rajoy; no es un tripartito que tenga capacidad de reconstruir un nuevo modelo de país en torno a una alianza entre Ciudadanos, Partido Popular y Partido Socialista, sino que es más bien una alianza de debilidades que no son capaces de ahondar ni obtener el respaldo de las mayorías sociales; por tanto, sigue habiendo espacio para construir una alternativa de país. Esa alternativa se hace desde los ámbitos institucionales, siendo útiles a nuestros pueblos y, en el ámbito de la calle, no solo en la protesta permanente frente a otros, sino también con la construcción de un movimiento popular amplio capaz de empujar a una alternativa de gobierno. Frente a eso, los compañeros de Podemos en Movimiento y de Podemos para todas son más pesimistas, creo que están más convencidos de que el tripartito que ellos llaman es capaz de mantener unas cuotas altas de respaldo de la ciudadanía y, por tanto, Podemos necesita replegarse, generar una estructura más dura, más encerrada en sí misma, más situada ideológicamente y menos capaz de construir un futuro. Pero las dos opciones son respetables.
El congreso de Vistalegre 2 recuerda al Suresnes de 1974 de un PSOE en el exilio. En él se debatió qué espacio político tendría que ocupar el partido una vez muerto Franco. ¿Se encuentra Podemos en la misma encrucijada?
El pasado está bien mirarlo para aprender cosas, pero es un error estancarse en él. Ni el país de ahora se parece al de entonces ni Podemos se parece en absoluto a aquel PSOE. Si algo debe hacer Podemos es mirar hacia el futuro y no a ninguna otra fuerza política porque tiene otras tareas por delante.
¿En esas tareas se encuentra la de fagocitar el suelo electoral del PSOE?
Si algo nos enseñó el 15-M es que la tarea política que tenemos es dejar de pensar en la sociedad en su traducción automática en apoyos electorales. Uno no debe hacer política pensando en otras fuerzas sino en el pueblo que quiere y con el que aspira a construir un movimiento de masas que cambie el rumbo de España. Estamos para ser mayoría social, para ganar, como se dijo desde las elecciones europeas y, en dos años, cinco millones de votos están muy bien, pero no es suficiente y creemos que hace falta un Podemos que sea capaz de estar en toda la sociedad española para poder llegar a un Podemos de, al menos, diez millones de votos. Y hasta que seamos fuerza gobernante, debemos ser fuerza dirigente, que marque el camino del país.
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¿Esa fuerza no la ven con acuerdos con el PSOE en un hipotético gobierno progresista? ¿Qué les separaría?
Nos diferencia que no estamos preocupados por lo que les pasa a los mercados, ni tenemos unas hipotecas con ninguno de los poderes económicos, que es uno de los mayores problemas que tiene el PSOE, y esto se ha evidenciado cuando Pedro Sánchez decide llegar a un pacto con Ciudadanos. Con ese PSOE no hay mucho que caminar. Cuando Podemos es fuerza dirigente, como en Barcelona o Madrid, obliga al PSOE ir a rebufo de unas políticas que ponen a la gente en el centro.
Íñigo Errejón ha asegurado que, si sus tesis triunfan, propondrá que Pablo Iglesias siga como secretario general. ¿Es esto viable?
Se ha planteado la propuesta de cómo llegar a Vistalegre dando la posibilidad de que se votaran equipos, al secretario general y documentos, y claro que es posible. Y si a los inscritos se les dice que pueden decidir entre varias cosas, creo que no es una buena idea que se les obligue a tomar una decisión de todo o nada. Yo no me imagino un Podemos que no cuente con mucha de la gente de sus inicios ni que su secretario general no sea Pablo Iglesias. En todo caso, los inscritos tomarán una decisión.
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¿Se cree esa posible integración cuando Iglesias ya propone desplazar a Errejón de la política nacional a la local?
En Podemos nunca se ha negociado con ese tipo de cuestiones. Todas las candidaturas se han hecho con Primarias...
Bueno, Iglesias ya ha propuesto a Errejón para que sustituya a Carmena.
La alcaldesa de Madrid tuvo unos muy buenos resultados y quizá quiera seguir. Es responsabilidad de todos comprometernos a asumir lo que digan los inscritos y si dicen que Podemos debe ser una dirección plural que cuente con los mejores, sin duda Íñigo Errejón debe formar parte de esa dirección, aun siendo Pablo secretario general, y creo que todos debemos asumir ese mandato.
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¿Cree que esta crisis ha decepcionado a los cinco millones de votantes de Podemos, que han podido ver las formas de los partidos viejos, como ustedes los llaman?
La política vieja es la de un partido que va a ir a un congreso y no va a debatir nada (en referencia al PP, que celebrará su cónclave también este fin de semana). El único elemento para ese debate era la ponencia sobre primarias y la han retirado.
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