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patricia gonzález
Domingo, 4 de septiembre 2016, 11:08
Ni el calor abrasador ni la resaca de los días anteriores pudieron con la afición medinense y de su comarca que, una vez más, volvieron a responder de manera masiva a la organización del encierro mixto en Conmemoración al V Centenario del Fallecimiento de Fernando el Católico que finalizó con el encierro de cinco de los seis toros desencajonados de los corrales de la zona de la Golosa en el Coso del Arrabal.
Un encierro que fue calificado por el caporal, Fidel Lambás, como «el mejor de los últimos 30 años» y que no contó con incidentes reseñables, a parte de varias lipotimias, debido a las altas temperaturas registradas durante la tarde de ayer y un pequeño resbalón de un mozo en el callejón de entrada a la plaza cuando los novillos de Millares pisaron el albero.
La suelta que tuvo una duración en su tramo campero cercana a los 40 minutos, dejó ver las tradicionales estampas medinenses de las reses hermanadas y arropadas por cerca de los doscientos caballistas que durante la tarde de ayer se dejaron la piel (el calor era asfixiante) en posibilitar que los vecinos de la villa de las ferias pudieran ver los toros por las calles.
El único pero que Lambás, puso al encierro, fue la actitud, a su juicio, de «algunas personas que han priorizado su divertimento». Esta rotunda afirmación la realizó haciendo referencia al último de los morlacos de los seis desencajonados que tuvo que ser inmovilizado (anestesiado) en las proximidades de una fábrica de quesos debido a la imposibilidad de ser reconducido hacía la zona del embudo. El caporal tiene claro que «se han cometido imprudencias en este sentido y como tenemos vídeos y material suficiente para averiguar lo ocurrido pronto se aclarará esta imprudencia».
Declaración de amor
Con un sentido «os quiero» (también lo lanzó en el encierro del pasado viernes) y con una declaración de intenciones «os lo agradeceré toda la vida si el encierro sale bien», el caporal volvió a repetir su modus operandi de estas fiestas y antes de dar inicio al encierro tiró de megafonía para dirigirse a los caballistas. En este sentido hay que puntualizar que mientras Lambás hablaba, algunos jinetes decidieron darle la espalda y no escucharlo, por lo que cuando finalizó no dudo en acercarse hasta ellos.
Tras los tres cohetes las puertas de los corrales se abrieron de par en par para que los toros (los mismos que protagonizaron el Concurso de Cortes del día anterior) comenzaran su cometido. La salida fue pausada y la manada estuvo hermanada durante gran parte del primer tramo campero, a pesar de los amagos que algunos morlacos hicieron para desmembrar el grupo. A paso lento, rodeados de caballistas y con pocos coches (tan solo los autorizados por la organización) los novillos de Millares, que de manera habitual pastan en varias fincas que la ganadería posee en Huelva, cruzaron la carretera de El Campillo, donde multitud de gente esperaba ansiosa en el puente para ver a estos toros de tres años por el campo.
Una vez superado este punto caliente del recorrido campero, la mandada permaneció estacionada algo más de cuarto de hora. Tiempo en el que los caballistas aprovecharon para refrescarse y las reses para descansar ya que debido a las altas temperaturas podrían sufrir algún tipo de colapso. Tras esta parada técnica el ritmo se agilizó y alrededor de las cinco y media pasadas las reses ya estaban en la zona de la Cañada de Extremadura y el área de los pagos de La Perla.
Embudo
Como viene siendo habitual desde hace años, en la zona del embudo se vivieron los momentos de mayor tensión. Tras el arreo final, y antes de que los cinco toros pasaran por la empalizada de madera, uno de los novillos decidió hacer su propio camino. El morlaco comenzó a correr hacía la cañada. A pesar de que en un principio parecía que el animal podía ser reconducido, el caporal decidió inmovilizarlo. Esta decisión fue abucheada. Además de esta suelta durante la mañana, se celebró un encierro urbano en el que no se produjeron incidentes.
Hoy a partir de las nueve de la mañana los corrales volverán abrirse para la puesta en marcha del segundo encierro al estilo de la villa. En esta ocasión los morlacos elegidos para la que es una de las sueltas con mayor expectación y participación al celebrarse un domingo por la mañana serán de la ganadería de Aldeanueva. Los novillos tendrán entre cuatro y tres años y este hierro es la primera vez que protagonizará una suelta. Respecto al estado de salud de los heridos del primer encierro y del Concurso Nacional de Cortes, el caporal explicó que todos ellos mejoran de manera favorable y que su estado es estable.
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