J. Sanz
Sábado, 3 de septiembre 2016, 11:31
La ausencia de pruebas que sustenten la acusación de abusos sexuales sobre dos alumnos de tres y cuatro años contra un profesor del colegio público Melquiades Hidalgo, en Cabezón de Pisuerga, quien fue detenido por estos hechos el pasado 16 de junio, ha llevado al titular del Juzgado de Instrucción número 1 a dictar el sobreseimiento provisional de la causa. Esto, dicho en un lenguaje común, supone la exoneración del docente a expensas de un posible recurso de los padres, que fueron los que denunciaron los hechos una semana antes del final del curso pasado, según confirmaron ayer fuentes jurídicas.
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El auto, que fue notificado este viernes a las partes, pone fin a dos meses y medio de investigación a raíz de las denuncias interpuestas por los padres de los menores los días 15 y 16 de junio por supuestos abusos (tocamientos) sobre sus hijos, un niño y una niña, por parte de su tutor. Aquel día 16 fue detenido el docente a las puertas del centro educativo media hora antes del inicio de las clases, lo que causó el consiguiente revuelo entre los padres y los compañeros del docente. Todos ellos, eso sí, defendieron de entrada la inocencia del investigado.
Ocho años como tutor
Él mismo, un profesor de 50 años que llevaba ocho ejerciendo como tutor del ciclo completo de Infantil en el colegio de Cabezón, negó «rotundamente» la autoría de los hechos en su declaración al día siguiente ante el magistrado. Este acordó después dejarle en libertad bajo fianza y ahora ha decidido sobreseer la causa dejando constancia de la ausencia de indicios contra el acusado después de que los agentes registraron su domicilio y de que los psicólogos examinaran a los propios menores. El juez instructor, eso sí, aclara que tampoco ve indicios de mala fe en la denuncia de los progenitores y recoge expresamente que «es comprensible su preocupación» para que se investigaran estos hechos.
Pero lo cierto es que nadie pudo hallar después prueba alguna contra el docente. El auto de sobreseimiento, de hecho, se sustenta sobre tres ejes. El primero pasa por que el escenario de los supuestos abusos, las aulas del propio colegio, no cuadra con los hechos denunciados al tratarse de espacios abiertos y frecuentados por otros profesores. El segundo, y el fundamental, se sustenta por el informe del equipo psicosocial, cuyos integrantes no dieron credibilidad al relato de las denuncias formuladas por los padres. Y el tercero, y último, gira en torno a la ausencia de pruebas físicas fotografías, vídeos, documentos... que vinculen al docente con estos abusos e, incluso, con conductas vinculadas con este tipo de delitos.
Sin signos
«Ni el escenario ni las declaraciones de los padres son compatibles con agresión alguna», señalaron ayer las fuentes del caso consultadas antes de aclarar que los especialistas «no hallaron signo alguno de que los niños hubieran sufrido abusos (estrés postraumático...), al margen de que en su relato nunca dijeron nada compatible con posibles abusos por parte de su profesor más allá de que jugaron con él en el marco habitual del desarrollo de las propias clases».
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«El juez dilucidará la verdad, pero
vaya por delante que tiene todo nuestro apoyo total y absoluto
sin duda alguna», aseguraron a las claras los compañeros del profesor denunciado por abusos el mismo día que le detuvieron a las puertas del colegio de Cabezón. Tanto el resto de docentes como el grueso de los padres, que llegaron a rubricar ante notario un escrito de apoyo, cerraron entonces filas en torno al investigado. «Es un tema muy delicado, pero ponemos la mano en el fuego por él», señalaron. La comunidad educativa, de hecho, tenía previsto celebrar un homenaje de despedida, ante su inminente traslado a otro centro, que se suspendió a raíz de lo ocurrido. «Siempre ha sido un buen profesor y nunca hemos visto indicios de nada raro», incidieron
Las denuncias presentadas en su día por los padres de los menores llegaron acompañadas de un informe de una psicóloga particular, si bien el posterior examen realizado por el equipo psicosocial, de carácter independiente y a instancias del juez, no da credibilidad a la existencia de los posibles abusos relatada por los propios progenitores. Tampoco los agentes de la Guardia Civil que investigaron los hechos encontraron nada que avalara la denuncia que condujo al arresto del profesor a las 8:30 horas de aquel 16 de junio cuando acudía al centro educativo situado en la avenida del Deporte de Cabezón.
El docente, de 50 años, no solo iba a concluir la semana siguiente su etapa en este colegio, donde ejerció durante ocho años como tutor del ciclo de Infantil (3 a 6 años) había logrado su traslado a un colegio de la capital, sino que iba a recibir un homenaje de despedida organizados por los padres y compañeros. Su detención, claro, le privó de ello. El juez dictó una orden de alejamiento del centro y Educación le suspendió temporalmente de sus funciones.
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El auto de sobreseimiento provisional de la causa, contra el que cabe recurso de reforma (ante el propio juzgado) o apelación (ante la Audiencia Provincial) en un plazo máximo de cinco días, viene ahora a restituir también provisionalmente el honor del profesor. Lo hará de manera definitiva en cuanto adquiera firmeza.
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