Víctor Vela
Martes, 23 de agosto 2016, 12:58
Ahora sí, el antiguo colegio San Juan de la Cruz ya es historia:cascotes, escombros, toneladas de ladrillo desmenuzado, desmigado por unas máquinas que comenzaron a morder el inmueble el pasado jueves 4 de agosto y que acaban de pegarle el último bocado. El edificio ya no existe. No hay ventanas ni puertas ni esas paredes que aún conservaban las pizarras de cuando esto (hasta 1999) era colegio. De aquello ya solo queda una colección de piedras, montoncitos desperdigados de un cadáver urbanístico que durante años fue foco de reivindicación vecinal.
Publicidad
La Rondilla ha dicho adiós al San Juan de la Cruz.
La empresa que tiene encomendada la demolición continuará ahora su trabajo con la retirada de los escombros y la limpieza de la parcela, sobre la que se construirá un nuevo centro de atención de la Tesorería de la Seguridad Social, que prestará servicio a 140.000 vecinos y que prevé resolver, a diario, una media de 180 consultas presenciales. La intención del Gobierno es que este mes de septiembre se convoque el concurso público abierto que dibuje cómo podría ser este nuevo edificio, con presupuesto reservado para que las obras concluyan en 2018. El ministerio de Empleo ya ha anunciado la previsión de invertir 2,5 millones en 2017 y otros tres millones al año siguiente, «cantidades necesarias para sufragar totalmente el proyecto».
La asociación vecinal de La Rondilla no las tiene, sin embargo, todas consigo y ha asegurado que se mostrará «vigilante» para que la obra se lleve a término y esto no quede como un solar abandonado en uno de los accesos al barrio. Además, el colectivo ha remitido una carta a la ministra de Empleo en funciones, Fátima Báñez, en la que solicita una reunión (lo mismo ha hecho el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia) para hallar «entre todos, la mejor solución para el edificio». Los vecinos plantearán al Gobierno que esta nueva sede de la Seguridad Social pueda reservar alguna sala o aula para la organización de actividades (exposiciones, aulas de reuniones) que puedan ser utilizadas por los colectivos del barrio.
El contrato suscrito el pasado 27 de julio fijaba un límite de 60 días hábiles (sin contar con domingos y festivos) para concluir con la demolición del edificio. La operación ha tenido que hacer frente al incendio de una excavadora. Este plazo cumple el próximo 6 de octubre. Para entonces, la parcela deberá quedar completamente limpia. El proyecto de derribo contemplaba la obligación de conservar los árboles del entorno y no recogía ninguna condición respecto a la estructura o elementos del inmueble, por lo que se ha podido eliminar por completo.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.