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álvaro yepes
Domingo, 10 de julio 2016, 13:33
No cabía ni un alfiler. No quedó una sola butaca libre. La Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, una de las más numerosas, despedía en la tarde de ayer a su generación 2012-2016 y los familiares y amigos de los flamantes graduados abarrotaron el Auditorio Miguel Delibes para acompañarles en un día tan señalado. Los nuevos profesores de infantil y primaria, educadores y trabajadores sociales dijeron adiós a apuntes y exámenes para ser ellos los que a partir de ahora formen a las jóvenes mentes.
Con música clásica sonando de fondo y con los ya ex alumnos ataviados con sus mejores galas, y tras los discursos de los representantes de cada titulación, las madrinas de cada clase dedicaron unas palabras a sus ahijados académicos, coincidiendo en, además de las pertinentes felicitaciones a sus pupilos, recordar la vital importancia que sin duda tienen estas carreras. «Esto que muchos llaman pinta y colorea, es el pilar fundamental de cualquier sociedad desarrollada», proclamaba Ana Isabel Alario, orgullosa madrina de la rama de Inglés. Amén a eso.
La ceremonia fue gratamente amenizada por la actuación musical de los alumnos Jose María Arroyo y Álvaro Agudo y un especáculo de magia a cargo de la alumna Marta Sanz. Tras la finalización del acto, los graduados continuaron con las celebraciones con una elegante cena y una posterior fiesta. Se lo habían ganado.
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