Javier Velasco, Ignacio Álvarez, Víctor Alonso y José Molpeceres atienden a un alfarero.

Portillo rinde tributo a su historia alfarera en una multitudinaria feria de artesanía

El alcalde invita a los sectores artesanos a vender los productos los fines de semana para que haya «una feria cada día»

lorena sancho

Domingo, 26 de junio 2016, 13:12

De los orígenes alfareros, de esas cerámicas que ya en el siglo XVII aparecen dentro de un registro de este oficio, presume estos días Portillo con la celebración de la Feria de la Artesanía y el Ajo. De una profesión artesana que los hijos heredan de los padres y estos a su vez de los abuelos. De un oficio que cuenta con once talleres en una población de 2.500 habitantes y que echa raíces, junto con la confitería (los famosos mantecados) y el ajo, uno de los productos agrícolas más destacados de la comarca, en la primera zona artesanal declarada como tal por la Junta de Castilla y León.

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Portillo abre este fin de semana sus puertas al escaparate de sus productos elaborados manualmente. A una feria por la que pasarán entre 10.000 y 15.000 personas y que se erige en «el mejor expositor para potenciar el turismo de compra que queremos instaurar», señaló el alcalde, Ignacio Álvarez, durante la inauguración de la feria.

Junto al castillo

Veintisiete expositores comparten recinto, alrededor del castillo, con talleres de confitería, alfarería y bolillos, pero también con música tradicional y exposiciones. Un lugar donde el alcalde ayer aprovechó para solicitar a los alfareros que abran sus puertas los fines de semana, también los domingos, para que el producto se venda en el lugar donde se elabora. «Recientemente he visitado Níjar, conocido por la cerámica, y solo tiene dos talleres alfareros pero en una misma calle hay veinte tiendas que venden la cerámica. Nosotros tenemos que tender a eso, a que la feria de la artesanía sea cada día», señaló el regidor.

El espíritu reivindicativo impregnó también a Javier Velasco, el presidente de la asociación de alfareros, quien mostró su «preocupación» porque el relevo generacional no llega a Portillo «y el alfarero más joven tiene cuarenta años». En este sentido, pidió colaboración a las instituciones para introducir, por ejemplo, la figura de aprendiz en los talleres alfareros y que así «vayan aprendiendo el oficio, para que después continúen con la historia de la alfarería de Portillo, que lleva cientos de años». Esta asociación recogió ayer el premio de la feria tras haber conseguido la declaración de zona artesanal. Una distinción que vino acompañada de la presentación de su logotipo, «que a partir de ahora servirá para que los clientes sepan que están comprando alfarería de Portillo y que tiene gran calidad».

El vicepresidente de la Diputación, Víctor Alonso, recogió el guante y se comprometió a buscar una fórmula para colaborar con la asociación en garantizar la introducción de jóvenes en el oficio, tan arraigado en la localidad.

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Las previsiones, según señaló el presidente de la feria, José Molpeceres, «son fabulosas» para una feria que rinde tributo a la alfarería, pero también al ajo, a los mantecados y a los productos de la tierra.

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