El Ayuntamiento prohíbe utilizar pesticidas para acabar con las malas hierbas en la ciudad
Subraya que la OMS incluye el glifosato como posible sustancia cancerígena y decide combatirlas con desbrozadoras
J. Asua
Lunes, 20 de junio 2016, 10:58
El glifosato, un herbicida de amplio espectro utilizado desde hace años en la ciudad, ha pasado a ser non grato. El Ayuntamiento ha prohibido fumigar este producto en calles y parques por sus posibles efectos perniciosos para la salud. Valladolid se suma así a otros municipios que han rechazado este químico incluido por la OMS dentro del grupo 2A de productos «probablemente cancerígenos» como método para eliminar la maleza. La primera consecuencia ha sido la ralentización de los trabajos de retirada de malas hierbas, ya que los jardineros municipales la tienen que realizar ahora con desbrozadoras de hilo, lo que requiere de un trabajo mucho más minucioso. Durante estos días se puede ver a decenas de operarios afeitando las juntas de las baldosas, los alcorques de los árboles o los bordillos de las aceras con sus máquinas portátiles en un año con mucha vegetación indeseada debido a las intensas lluvias.
El PP alertaba la pasada semana de esta situación a través de la red social Twitter, en la que aportaba fotos de la plazuela de San Agustín con un aspecto «silvestre». Y es que la plantilla no da abasto para cubrir toda la ciudad con el nuevo método. Antes, se regaba con el fitosanitario y listo. Ahora, hay que ir paso a paso.
La concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, destaca que la decisión, incluida en el programa electoral de Toma la Palabra, busca proteger la salud de los vallisoletanos, especialmente la de los más vulnerables, al tiempo que recuerda que más de 45 localidades españolas «de diferente signo político» han optado por abandonar esta sustancia, que comercializa la multinacional Monsanto con la marca Roundup. Pero el debate trasciende fronteras y la Unión Europea analiza también el verdadero alcance de este fitosanitario, que parece haber caído en desgracia en varios países.
Sánchez apunta que solo con la autorización previa de su departamento,y siempre que no se aplique junto a centros sensibles como colegios u hospitales, se podría utilizar, pero como excepción. La edil avanza que su departamento está estudiando ya posibles alternativas en algunos municipios que han optado por vetar al glifosato se ha probado con vinagre y subraya la necesidad de contar con más plantilla en el servicio, un deseo limitado ahora por las normativas estatales, según acota la responsable del área.
Mientras que el equipo de gobierno apela al «principio de precaución», desde el PP creen que la decisión se toma por «la presión de los lobbys ecologistas». «El glifosato está clasificado en el grupo 2A por la OMS, como probabilidad de ser cancerígeno; el jamón, las salchichas o la carne procesada están en la categoría 1; el jamón se come, y el glifosato, no», argumenta el portavoz popular, Jesús Enríquez, quien añade que es un producto «certificado y homologado». «Sánchez impone el criterio de su minoría partidista en contra del desarrollo; hace más caso a sus ecologistas que a los técnicos», subraya el exresponsable de la concejalía.
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