Luis Argüello, nuevo obispo auxiliar de Valladolid, junto a monseñor Ricardo Blázquez.

«Blázquez me distinguió con su confianza hace cinco años nombrándome vicario general y ahora me pone a su lado»

Luis Javier Argüello García será ordenado nuevo obispo auxiliar de la archidiócesis vallisoletana el próximo 3 de junio en la Catedral

Sonia Quintana

Jueves, 14 de abril 2016, 13:50

«Mis primeras palabras son de agradecimiento al Santo Padre y a don Ricardo, quien me distinguió con su confianza nombrándome vicario general hace cinco años y, ahora, me pone a su lado en el ministerio episcopal para servir bajo su pastoreo a esta porción del santo pueblo fiel de Dios que peregrina en Valladolid». Con estas palabras se presentaba en público el reverendo Luis Javier Argüello García, tras conocerse su designación como obispo auxiliar de la archidiócesis de Valladolid, tercer obispo que asume este nombramiento a lo largo de la historia de la archidiócesis vallisoletana.

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«Aunque por sus dimensiones la archidiócesis de Valladolid no requiere un obispo auxiliar, yo pedí uno cuando tuve que asumir el trabajo extradiocesano como presidente de la Conferencia Episcopal y, por mi condición de cardenal, como miembro de cinco dicasterios. No quería que el servicio episcopal sufriera disminución y quebranto por esa dedicación mía a esos trabajos extradiocesanos», explicó el arzobispo Ricardo Blázquez, antes de presentar al hasta ahora vicario general de la archidiócesis vallisoletana como nuevo obispo auxiliar de la misma, con el título de obispo de Ipagro (municipio cordobés de Aguilar de la Frontera). «Es un título histórico sin ningún tipo de repercusión sacramental ni jurídica», aclaró el recién nombrado obispo, cuya ordenación tendrá lugar el viernes 3 de junio en la Catedral de Valladolid.

Luis Javier Argüello García (Meneses de Campos, Palencia, 1953) asume así las labores de vicario general y obispo auxiliar bajo el lema 'Veni lumen cordium' ('Venga luz a los corazones') y con una primera tarea ya encomendada por el actual arzobispo: la visita pastoral a las parroquias. «Sé que voy a encontrar en don Ricardo la cercanía y orientación que como obispo novel preciso», señaló Argüello, testigo a su vez de la declaración pública de intenciones que hizo Ricardo Blázquez, que ayer cumplió 74 años. «Me veo dentro de un año firmando la carta (de renuncia)», expresó en voz alta el cardenal, quien también explicó que el nombramiento de Argüello como obispo auxiliar no lleva implícito el derecho a sucesión a la sede episcopal cuando esta quede vacante. «Nada es automático. Se necesita un nombramiento nuevo», aclaró el actual arzobispo vallisoletano.

La renuncia de Blázquez a los 75 años es intrínseca al cargo, que obliga a obispos y cardenales a jubilarse a esa edad. El Papa Francisco en una de sus disposiciones designó que todos los responsables de dicasterios de la curia romana, cardenales incluidos, «deben» jubilarse a los 75 años, un ligero cambio respecto a la constitución apostolica de Juan Pablo II (28 de junio de 1988) en la que se «pedía a los cardenales» que presentaran su dimisión.

«Es justo volver la mirada al camino recorrido. A esta Iglesia de Valladolid le debo casi todo. Ahora he sido llamado para ser enviado de nuevo a esta querida diócesis como obispo auxiliar», concluyó el nuevo obispo auxiliar; el tercero a lo largo de la historia de la archidiócesis vallisoletana. El primero fue Mariano Cidad, nombrado obispo auxiliar del cardenal Cascajares, en 1897; y el segundo fue Pedro Segura, nombrado obispo auxiliar del cardenal Cos y Macho en 1916.

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