Vista del puente tras la limpieza.

La limpieza del Valderaduey deja al descubierto el puente de Becilla

El viaducto romano fue declarado BIC en 1995 y necesita una «urgente reparación», según la alcaldesa

A. G. marbán

Jueves, 3 de marzo 2016, 11:41

Las obras de limpieza que ha realizado la Confederación Hidrográfica del Duero en el río Valderaduey han dejado al descubierto la totalidad del puente romano de Becilla de Valderaduey. Hasta ahora, los juncos y la maleza tapaban los ojos de la histórica construcción, impidiendo disfrutar de su belleza. La limpieza realizada ha venido a recordar la necesidad de poner en valor este importante recurso patrimonial del norte de la provincia, que ahora se puede distinguir perfectamente desde la cercana carretera Nacional 601.

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«Los vecinos del municipio están contentos porque se haya hecho la limpieza y bajan junto al río a hacer fotos», explicó la alcaldesa, Rosa González, quien destacó la limpieza realizada en los dos puentes, «pues este año el río se había desbordado por esas zonas».

Ahora, con la limpieza, se ven las cosas de otra manera, y el puente y los restos de calzada existentes (unos 400 metros en total) vuelven a llamar la atención sobre su consolidación y puesta en valor. Sin embargo, la alcaldesa, aunque ve necesaria la intervención, expresa que «es inviable por parte del Ayuntamiento llevarla a cabo», por lo que solicita que sea realizada por una administración con mayor capacidad.

Su antecesor, Gilberto Castañeda, antes de ser regidor, presentó en 2006, en su condición de arquitecto, un proyecto de restauración del conjunto patrimonial, declarado Bien de Interés Cultural en 1995, con un coste que rondaba los 600.000 euros. En 2012, El Norte de Castilla informó de que se trataba de realizar una obra de cantería principalmente para convertir el monumento en peatonal, al no haber nada que impida pasar con el coche.

Entonces, Castañeda, ya como alcalde, denunció los continuos robos de las losas de piedra de la capa superior, lo que, a su vez, estaba produciendo un derrumbe y una erosión de la propia calzada. Posteriormente, Castañeda, en 2013, pidió al presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, en una visita al municipio, fondos económicos para la recuperación del puente y la calzada.

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El puente romano de Becilla de Valderaduey es una construcción de piedra con tres ojos de medio punto, mayor el central, y como refuerzos, en cada lado, dos tajamares en cuña con sombreretes. El puente, junto a los grandes trozos de calzada existentes a ambos lados del río, formaba parte de la red de itinerarios que los romanos trazaron en la península. Debido a que la calzada formaba un muro que contenía las aguas embalsadas durante las avenidas, se proyectaron alcantarillas para desaguar estos encharcamientos; quedan dos de estos vanos, construidos con bóvedas de arco de medio punto, en un lado del río y otros tres semejantes, en el otro.

Para la alcaldesa del municipio se trata del elemento patrimonial más importante de Becilla de Valderaduey, que, por su singularidad, se puede convertir en un importante recurso turístico «si se pone en valor y se señaliza adecuadamente», explica.

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