Atención niños y perros: ya hay procesionarias

Ojo, ojito. Cuidadín, cuidadín. La procesionaria del pino ya está aquí. Y no en el Pinar de Antequera, que también, sino en algunas plazas de la ciudad. Como en la plaza Armonía, del barrio de La Victoria, como refleja la foto colgada en su cuenta de Twitter por la policía municipal. O en el Pinar de Jalón, zona especialmente sensible por su proximidad a una zo na de pinos. Y esta oruga no es una oruga cualquiera: es profundamente irritante, tóxica en algunos casos, hiperalegénica y peligrosa para menores y para perros, que llevados de la curiosidad pueden tocarla o intentar comerla, con consecuencias muy desagradables.

La procesionaria del pino, llamada así porque forma largas filas al mando de una oruga de la que nacerá un insecto hembra y sin que se sepa realmente el motivo por el que lo hacen, acostumbra a salir de sus nidos cuando las temperaturas se suavizan. Circunstancia que en Valladolid suele darse a partir de abril. Pero el cambio climático está removiendo todo, y ahora, después de un invierno sin heladas y con temperaturas francamente suaves, las orugas ya están preparadas para salir de los nidos. Nidos que este año han sido más que abundantes. No hay más que mirar a los pinos para contemplar unas masas blanquecinas en las puntas de las ramas más altas.

Antaño la procesionaria se limitaba a las zonas silvestres, pero como tantos animales ha ido ocupando espacios urbanos, más cálidos y más protegidos de los depredadores naturales. El problema de esta oruga es que en sus pelos posee una sustancia altamente irritante, que puede causar muchos problemas.

En el caso de lo niños, por ejemplo,se manifiesta con ronchas rojas en cuello, brazos, las piernas y el torso y su efecto puede durar varias semanas, aunque lo normal es que desaparezca de manera espontánea.

En los perros puede ser más grave. Si ves a tu perro nervioso y que intenta rascarse el interior de la boca, piensa que igual se ha comido una oruga. En ese caso, lávale bien la boca con agua templada y llévale al veterinario para que le aplique un tratamiento con corticoides.