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p. gonzález
Martes, 2 de febrero 2016, 12:46
Iba ser la puerta al progreso, la riqueza y a el crecimiento. Su llegada cambiaría la vida de los medinenses y sobre todo la fisionomía urbanística de la localidad, ya que los expertos en la materia y los políticos habían pronosticado un crecimiento por la zona en la que la estación de alta velocidad de Medina del Campo (la primera en la provincia de Valladolid después de la de la capital) se levantará una vez que el área donde se construirá quede limpia de mercurio y amianto.
Pero la realidad es que ayer los trenes bala de factura nacional llegaron al municipio con una frecuencia moderada (seis en total) y con muchas críticas y reproches por parte de los pocos usuarios que estrenaron este apeadero provisional al que se llega tras recorrer en autobús los casi cuatro kilómetros que separan la línea de alta velocidad Olmedo-Zamora de la tradicional estación de trenes del municipio.
«Esto es una tomadura de pelo en toda regla», aseguraba desde el interior de su vehículo a las ocho de la mañana de ayer Gonzalo Fernández, quien junto a su madre de 73 años, María Ángela Jiménez, esperaba en mitad del campo la llegada del Alvia con dirección a Vigo, Guixar y Pontevedra. La falta de iluminación en toda la zona «no hay una triste farola», la escasa señalización «tuvimos que venir el domingo, dar mil vueltas y ver por dónde se entraba, porque no encontrábamos el apedadero» y los elevados precios y malas frecuencias «antes cuando salían de la estaciones de trenes de toda la vida las frecuencias eran mucho mejores y los precios, más bajos» fueron algunas de las críticas que los primeros viajeros medinenses hicieron antes de subirse al Alvia 4275 procedente de Madrid Chamartín con destino la Comunidad Gallega.
Esta misma indignación es la que mostró la alcaldesa de Medina del Campo, Teresa López, quien aseveró que «no se sabe nada de nada y nadie se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para explicar los horarios y sobre todo para decir cuándo finalizarán las obras de construcción de la estación».
Esta forma de actuar por parte del Ministerio de Fomento y del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) fue calificada por López como «una actuación llena de falta de respeto hacía los vecinos de Medina del Campo, ya que han demostrado que lo único que les importa haciendo referencia al Ministerio son sus propios intereses y no los intereses de la ciudadanía».
Tanto el Ayuntamiento como el sector ferroviario de UGT ya han enviado sus quejas a Fomento y Adif para que expliquen los plazos en la que estará construida la estación y sobre todo «para que intenten paliar las quejas de los usuarios en materia de iluminación y accesos».
Sin fecha de conclusión
La futura estación tendrá una superficie de 551 metros cuadros y estará situada en una escombrera ubicada en las proximidades de la antigua fábrica de cerámica San Pedro. La inversión será de 3,6 millones de euros y el plazo de ejecución de las obras es de cinco meses. Adif confirmó durante la jornada de ayer que las labores de descontaminación de la zona se finalizarán a finales de este mes de febrero «siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan, y una vez finalizados dichos trabajos se realizarán los restantes de la nueva estación de Medina del Campo Alta Velocidad de la manera más rápida y eficiente posible para intentar finalizarlos lo antes posible siempre que no existan incidencias meteorológicas, técnicas o de otra índole en la ejecución».
Hasta que finalicen las tareas de limpieza del vertedero ilegal sobre el que se levantará la futura estación de alta velocidad en Medina del Campo, los usuarios tendrá que realizar un peregrinaje para poder llegar al apeadero en tiempo y forma. En caso de no disponer de coche, los viajeros deben realizar el control de seguridad en la estación de autobuses. «Yo viajo todos los días a Zamora y para mí el venir media hora antes para pasar el control, subirme al autobús y después ir hasta el apeadero es un trastorno», aseguraba la primera viajera de la llegada de la alta velocidad al municipio, Carmen Nieto, minutos antes de pasar sus pertenencias por el escáner de seguridad. Además de apuntar estos inconvenientes, Nieto señaló los elevados precios de los billetes como otro de los problemas principales. «Ahora compré billetes en promoción, pero cuando se termine pagaré 40 euros al día por ir desde Medina a Zamora, algo que es prohibitivo y carísimo».
Una vez que los viajeros pasan el control de seguridad son acomodados en un autobús que recorre por el centro urbano del municipio los cerca de cuatro kilómetros que hay para llegar a la línea de alta velocidad. El autobús es gratuito y todos aquellos que no deseen pasar antes por la estación tradicional podrán desplazarse directamente hasta el apeadero donde un vigilante de seguridad comprobará el billete y realizará una inspección de sus pertenencias. Los viajeros eventuales destacaron el ahorro de tiempo, «cerca de 20 minutos», con los trenes rápidos. «Entiendo que es un incordio el venir hasta esta zona pero tengo que decir que es un avance, ya que ahora se tarda mucho menos», aseguraba Anabel Martín, quien una vez a la semana viaja desde Madrid a Medina del Campo.
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