La joya vallisoletana de Felipe III

Propiedad del Ministerio de Defensa desde finales del siglo XIX, el de Valladolid es, sin duda, el Palacio Real español más desconocido. Si el de Madrid tiene hoy más visitas que nunca, gracias al discurso de Navidad de Felipe VI; en el de la capital del Pisuerga no hay visita en la alguien no pregunte si en el magnífico patio principal que da la bienvenida a los visitantes se ha rodado la serie de televisión 'Carlos, Rey Emperador'. Podría haber sido (la productora de la serie llamó para interesarse por la posibilidad de grabar en el Palacio), pero no lo es; aunque debería: el rey Carlos V fue el primer monarca español en residir en él, y el que más noches pernoctó en su interior, cuando el edificio era aún propiedad de Francisco de los Cobos, el hombre de confianza del emperador.

No fue hasta el reinado de Felipe III, nieto de Carlos V, cuando el edificio, construido desde su origen 'al uso y protocolo de la Casa de Austria', se convirtió en Palacio Real, cuando el rey trasladó la Corte a Valladolid (de 1601 a 1606). Aquí nació en 1545 el Infante Carlos, primer hijo de Felipe II; murió ese mismo año María Manuela de Portugal, primera mujer de Felipe II; después nació Felipe IV 'el Grande', lo 'invadió' Napoleón con sus tropas... Como Palacio Real, aunque albergue funciones militares desde 1876, mantiene una 'suite' siempre dispuesta para alojar a los Reyes de España. El último monarca en alojarse fue Alfonso XIII.

El Palacio contaba en sus orígenes con tres patios, de los que hoy quedan sólo dos, el patio principal, que da la bienvenida a los visitantes; y el llamado 'de los delfines', por las figuras de la fuente situada en el centro de este espacio, también conocido como el jardín del palacio. Este último patio está fuera de la visita guiada gratuita que se lleva a cabo cada miércoles a las 12.00 de la mañana (el único requisito es reservar plaza, bien en el Centro de Recursos Turísticos de la Acera de Recoletos, bien por teléfono en el 983 327 302). Además del magnífico patio renacentista, cuya imagen original ha permanecido casi inalterada hasta nuestros días; se recorren otras estancias como el Salón del Trono o el Oratorio de la Reina, que conserva intacto un benditero de este estancia privada de la reina Margarita de Austria.

Una gran escalera imperial, mandada contruir por Carlos III, y proyectada por el arquitecto real Ventura Rodríguez, da acceso a los visitantes a la planta superior del palacio. Salvo el benditero y, probablemente, una pequeña imagen de La Imaculada que se conserva junto al retablo del Oratorio de la Reina, ningún objeto del actual palacio perteneció a la época de los Austrias. Muchas de la piezas fueron trasladadas en su momento al Palacio del Buen Retiro de Madrid, donde también fueron a parar algunas de las chimeneas de mármol. Otros Reales Sitios madrileños también fueron destino de los bienes muebles del palacio vallisoletano.

La visita guiada ofrece una magnífica visión de la importancia de este desconocido Palacio Real que cada miércoles abre sus puertas al público para mostrar una parte menos conocida de la Historia de Valladolid.