Lorena Sancho Yuste
Jueves, 14 de enero 2016, 19:19
Hay muchas horas de entrenamiento detrás de cada galgo que se disputará el campeonato nacional de Nava del Rey. Tantas, que sus propietarios pierden la cuenta a la hora de estimar un número aproximado. Chalana, Saeta, Ona y Giona los intensifican estos días. Hace apenas dos semanas que estas cuatro perras han conseguido la clasificación para el certamen más anhelado por cualquier galguero que se precie, y sus propietarios ultiman su esmerada preparación para poder disputarse y, a ser posible, alzarse con el campeonato nacional de la Copa del Rey.
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Como bazas a su favor tendrán el duro clima castellano, al que están más acostumbradas que sus 12 contrincantes de las Comunidades Autónomas de Andalucía (seis), Castilla-La Mancha (cuatro), Extremadura (una) y Madrid (una). Y el tipo de liebre de estas tierras, que corre mucho por derecho y dificulta el alcance a los galgos, también podría beneficiarlas.
Todos los cuidados son pocos. Desde la alimentación al endurecimiento de uñas. Se les mima hasta el mínimo detalle con el único objetivo de poder lucir la manteleta de campeona de España. A la zamorana Saeta del Maestro se le sometió recientemente a una análitica. Su propietario, Carlos Galache, quiere asegurarse de que no tiene carencia de alguna vitamina. La ha entrenado de forma intensa hasta el domingo, en el que bajó el pistón para que llegue al campeonato con ganas de liebre. «Estoy muy pendiente de la alimentación, de que no se pase en peso, de que esté bien musculada y muy cuidada», señala el galguero. Este zamorano, de Guarrate, llega con esta perra barcina al nacional, sexta vez que lo consigue, con el ánimo de revalidar el campeonato que ya alcanzó con Mulata en 1993. «Tengo la misma ilusión que si no lo hubiera ganado. Casi incluso más nervios por ver qué me depara la suerte», comenta su propietario.
El nacional no le es ajeno tampoco a Juan Manuel Álvarez o al club Astudillo, titular del coto del mismo nombre en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Han llegado 22 veces a la final y ostentan dos campeonatos, entre otros con Chalana, la bisabuela de la galga del mismo nombre que el próximo 9 de enero representará a Castilla y León. «Confíamos muchísimo en ella, porque cada día nos muestra algo nuevo. Lleva veinte liebres y nos sorprende en cada carrera», comenta Israel Panadero, yerno del propietario.
50 años con la misma raza
El afijo de esta galga es familiar. Asegura que llevan cincuenta años con la misma raza y los mismos que la crearon, entre ellos el ganadero Domingo Hernández, mantienen la selección. «Todo viene de Liria y Chalana», resume Panadero, quienes llegan al nacional con las ilusiones intactas tras su última presencia en el año 2010, cuando compitieron con Valiente.
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Hace catorce años que el propietario de Giona de la Romera, Rafael Ballesteros llegó también al nacional. Pero esta vez, dice, se saborea de otra forma porque en la primera casi ni te enteras. «Aquí, como en casi todo, hace falta suerte. Yo en las previas estuve a punto de retirarla porque vi que la perra estaba mal, pero me dijeron los jueces que aguantara. Cuando vi lo que estaba haciendo ni me lo creía», comenta este vallisoletano, residente en Campaspero. Tanto él, como los otros tres propietarios de las perras que han alcanzado el nacional, optan por mantener los mismos hábitos que hasta ahora. La alimentación, por ejemplo, es idéntica que antes de que se clasificaran. Y el entorno en el que se crían y duermen, también. «Los perros notan todo y si les hacemos algún cambio lo pueden acusar en las carreras», comenta.
En lo que sí introducen cambios es en la seguridad. Toda es poca para evitar que estas finalistas de España puedan ser robadas. «No es que las metamos en un bunker, pero casi», coinciden en señalar. «La he cambiado de sitio para dormir por seguridad, para evitar un susto», comenta Óscar Cantero, propietario de Ona de la Calzada. Este galguero lleva cuatro años presentando al campeonato y hace quince días consiguió que esta barcina colorada se clasificara para el nacional. «Pase lo que pase ya es un premio y hay que vivir la experiencia». ¿Cómo se consigue llegar a un nacional? La respuesta la tiene clara. «Con la misma raza en la selección y con muchas horas de dedicación, las que tequitas de estar con tu mujer e hijos», comenta. Curiosamente, este galguero contó con dos perros en la final de las fases previas. Los dos descendían de la Saeta. «Ahora es todo cuestión de suerte», concluye.
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