El Ayuntamiento requerirá a Vega Sicilia el arreglo de la urbanización Santa Ana

Manuel Saravia asumió ayer otra ración de deberes pendientes, que su antecesora en el cargo Cristina Vidal dejó sin hacer. El concejal de Urbanismo recibió la visita del abogado de los vecinos de la urbanización Santa Ana, quien reclamó al nuevo responsable municipal que el Ayuntamiento cumpla con el acuerdo adoptado en junta de gobierno en noviembre de 2013 para que la Bodega Vega Sicilia afronte los cuantiosos arreglos en este desarrollo residencial, situado al sur de la ciudad, en la margen derecha del Camino Viejo de Simancas.

Los propietarios de los 450 chalés esperan desde hace dos años que el Consistorio obligue a la empresa vitivinícola, promotora de Santa Ana a principios de los 90, a que afronte las obras necesarias para dejar este barrio al día, unas inversiones que rondarían el millón de euros y que pasarían por reparar mobiliario urbano, aceras, zonas ajardinadas y otras dotaciones en avanzado estado de deterioro. Sería a partir de ese momento cuando el Consistorio podría plantearse asumirla como un barrio más de la ciudad, ya que ahora, al igual que Fuente Berrocal, se encuentra bajo la figura urbanística del PAU, una fórmula creada en los tiempos de Rodríguez Bolaños para los desarrollos alejados de la trama urbana entonces, que obligaba a los propietarios a hacerse cargo del mantenimiento del área.

Fue el anterior equipo de gobierno el que, basándose en una sentencia judicial, acordó que la prestigiosa empresa se hiciera cargo de las reformas.

La sentencia

En aquella resolución, el juez indicaba que la bodega era la responsable del mantenimiento al no haberse creado una entidad de conservación en su momento, aunque añadía que el Consistorio no podía desentenderse de Santa Ana al haber bienes de dominio público de los que era titular, además de haber sido la institución que la autorizó. A Vega Sicilia el Ayuntamiento le endosó la responsabilidad de rascarse el bolsillo, ya que en 1991 fue una de las firmas promotoras, aunque pronto vendió sus terrenos a firmas constructoras.

Saravia recalcó ayer que «los acuerdos están para cumplirlos» y avanzó que, tras repasar el expediente, volverá requerir a la compañía para que cumpla con la decisión que tomó el equipo de gobierno anterior. Su predecesora Cristina Vidal llegó a anunciar una reunión a tres bandas Ayuntamiento, bodega y vecinos para establecer el calendario de obras. De aquel encuentro, nunca más se supo.

Absorbida por la ciudad

Fuentes de la comunidad de propietarios recordaron ayer que el acuerdo tomado hace dos años sigue estando en vigor y explicaron que Vega Sicilia lo recurrió y pidió su suspensión sin que se atendiera esa solicitud. Así, buscan que, de una vez por todas, se afronte la situación de esta zona residencial, que ya está «completamente integrada» en una ciudad que ha crecido de manera exponencial hacia el sur. «Lo más vergonzoso es la situación de los jardines; antes paseaban los ancianos de las tres residencias que rodean la urbanización y ahora esta zona esta absolutamente abandonada; las aceras en algunos tramos se convierten en trampas», comenta un residente del barrio.

Los vecinos quieren que el Ayuntamiento asuma la gestión integral de todos los servicios, un deseo que se podría estudiar siempre y cuando el barrio se entregue en perfecto estado de revista. También los residentes de Fuente Berrocal han solicitado al nuevo equipo de gobierno que revise la situación urbanística de plan parcial para ser obtener todos los derechos.