Regreso al futuro... En Valladolid
¿Qué habría pasado si Marty McFly hubiera nacido en la Rondilla y no en Hill Valley? Que su salto en el tiempo desde 1985 al 21 de octubre de 2015, aunque sin monopatines voladores, le habría dejado estupefacto
Antonio G. Encinas
Miércoles, 21 de octubre 2015, 09:27
Si Marty McFly hubiera vivido en Valladolid, y no en Hill Valley, su salto en el tiempo de 1985 al 21 de octubre de 2015 habría tenido unos matices bastante diferentes.
Para empezar, difícilmente se habría llamado Marty ni se habría apellidado McFly, sino que muy probablemente se habría llamado David García. No es un nombre al azar. David era el nombre más común en los ochenta en Valladolid, con mucha diferencia sobre el segundo, Javier. Y García es el apellido por antonomasia, seguido de Martín y González.
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Así que la película sería más o menos así.
David García McFly es amigo de Doc, que acaba de conseguir una plaza de profesor en la Universidad de Valladolid. En la década de los ochenta se produjo un aluvión de docentes en las universidades públicas, como refrenda el hecho de que ahora, en plenos recortes económicos y treinta años después, las plantillas se enfrentan a un problema de envejecimiento difícil de atajar. Aquellos coetáneos de Doc, de entre 25 y 30 años, tienen ahora entre 55 y 60.
Doc acababa de crear una máquina del tiempo. ¿Un DeLorean? No, más bien no. Frente a la inacabada Catedral de Valladolid, David García McFly le preguntaría:
-Oye, oye. Un momento, Doc. ¿Me estás diciendo que has construido una máquina del tiempo con un R-11?
-Yo creo que si vas a construir una máquina del tiempo en un coche, ¿por qué no hacerlo con clase?
Porque el R-11 tenía clase. Mucha. Tanta, que este bonito Renault con denominación de origen vallisoletana fue aquel 1985 el más vendido en España. 74.587 unidades.
Eso sí. Lo de viajar al futuro acelerando a 140 kilómetros por hora en casco urbano tendría que volver a hacerlo de noche y a escondidas. Hoy eso es delito de cárcel, retirada del carné y multa.
Bien. El caso es que durante aquella noche de 1985, David García McFly y Doc viajan al pasado, resuelven un entuerto con los padres de David y vuelven felizmente un día más tarde como si nada hubiera pasado. David García McFly se reencuentra con su novia, que se llamaría, seguramente, Laura Martín (el nombre estrella de mujer en los ochenta vallisoletanos y el segundo apellido más usado, por cambiar).
No les da tiempo ni a celebrarlo. Doc aparece de nuevo en su R-11 volador y le espeta que tienen que salir zumbando hacia el futuro, lo que da comienzo a la segunda parte . Como tiene mucho lío en la Universidad, porque quiere hacerse con la plaza de profesor titular lo antes posible, le deja solo ante el reto de evitar que su futuro hijo tenga un problema con la ley en el año 2015.
Y llega a Valladolid. Pero al Valladolid del futuro. Al Valladolid del 21 de octubre de 2015. Un salto de treinta años en el tiempo que le deja perplejo.
No es para menos. Pasa ante el Teatro Calderón apenas unos días antes de que empiece la 60 Seminci. Unas letras tridimensionales se le echan encima junto a los labios rojos que sirven de logo. El Calderón. Pero no lo recordaba así. Y ahora que lo piensa, ¿qué ha pasado con el Babón, el Coca, el Delicias, el Goya? ¿Por qué en la puerta del Rex hay un cocodrilo gigante y no paran de entrar niños? ¿Esto es Valladolid? ¿De verdad está en 2015? Busca un periódico. Un tipo lee El Norte de Castilla en una pantallita, pero se enfada y le mira raro cuando se lo pide prestado para comprobar la cartelera. Entonces entra en un bar. Allí está, menos mal, el periódico de siempre, solo que... ¡Eh, un momento! ¡Está en color! En la cartelera aparecen unos cines extraños, con un montón de salas. La que no está es... La Sala X de Mantería. ¿Qué habrá pasado? Cuando salió de 1985 proyectaban 'Niñas ninfómanas para caballeros solitarios'. Se lo había oído a Biff Tannen (dícese Javier González). ¿Cómo hará la gente ahora para...?
Aturdido por lo que acaba de ver, David García McFly busca a su hijo en un bar en la zona de la Universidad. Javier González Tannen entra y le provoca para que forme parte de un robo.
-¿Qué pasa, David García McFly? ¿Es que eres un... Pelele ?
-¿Qué me has llamado, Javier?
-Pelele, García McFly.
-Nadie. Me. Llama... -Javier González Tannen 'desenrolla' su bate- Pelele.
Encuentra una tienda de antigüedades. Y en él, un almanaque deportivo con los resultados de los últimos treinta años.
-¿Que el Real Valladolid ha subido a Primera y ha descendido cinco veces, pero una no, porque se salvó en los despachos, y fichó a un japonés con la rodilla a medio hacer y luego el hombre que reflotó el club se murió, y lo compró otro con unos amigos, y también se murió, y se lo quedaron sus hijas, que no lo querían para nada, y un empleado que llegó para evitar la quiebra económica y que antes era jugador de baloncesto se lo compró a ellas y se convirtió en el dueño y en el presidente más longevo de su historia...? ¿Que el balonmano de elite es femenino? ¿Y el Fórum no es Fórum? ¿Qué es eso de que los que ganan títulos en Valladolid son los dos equipos de rugby?
Tan embelesado anda ojeando el almanaque que no se da ni cuenta de que está paseando por el centro de la calle Santiago. ¡Sin un coche! Y tampoco los hay en Portugalete, ni en Teresa Gil. Ni en la Acera de Recoletos. ¡Ni en la Plaza Mayor! En unas coloridas pantallas, un anuncio pasado de fecha aún hace referencia a las fiestas de ¿la Virgen de San Lorenzo? ¿Qué ha sido de San Mateo? Si hace nada que él mismo estuvo escuchando a Concha Velasco pronunciar el pregón desde el Ayuntamiento.
El Ayuntamiento. Le entra una duda y acude de nuevo al periódico. Ah, bueno. Treinta años después, en la ciudad siguen mandando los mismos, los socialistas. Aunque esta vez han necesitado ayuda, por lo que se ve, de unos tales VTLP y SSP. David García McFly se encoge de hombros.
Coge el coche, dispuesto a abandonar esta Valladolid del futuro, pero se hace un lío al llegar a la VA-30. Se pierde por Laguna de Duero, que parece haber crecido mucho desde aquellos 11.000 habitantes de 1985. Retoma la circunvalación y llega a Arroyo, hipnotizado por una enorme mole con letras amarillas sobre fondo azul. Los bajos del coche suenan a cascajo cuando cruza esos pasos de peatones elevados y unas extrañas farolas cuadradas sin bombilla sueltan unos flashazos descomunales cuando pasa junto a ellas. Recuerda que hace poco, en 1985, estuvo en las fiestas de Arroyo, y no tenía más de 1.500 habitantes. Como Zaratán.
Marty McFly perdió el almanaque y eso provocó una paradoja espacio-temporal que dio para terminar la película y, dado el éxito, provocar una tercera entrega. Pero David García McFly, vallisoletano de nacimiento, es muy incrédulo. Coge la revista de resultados deportivos y la tira a un contenedor que pone solo cartón y papel. Arranca el R-11 y regresa a 1985.
Mientras aparece de nuevo en la inacabada catedral de Valladolid echa una ojeada al reloj. Menos mal, llego a tiempo de ver 'Tocata' en la segunda cadena".
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