Ana María Ramos, entre Carmen Martín y Lourdes Núñez.

Ana María, la mujer que supo que tenía cáncer de mama gracias a su peluquera

La vallisoletana, de 76 años, es una de las socias más veteranas de la AECC y será voluntaria en la marcha de este domingo

Víctor Vela

Martes, 20 de octubre 2015, 12:26

Mari Carmen. La peluquera de Ana María se llama Mari Carmen. Parece un dato intrascendente, ¿verdad? Total, ¿a quién le importa cómo se llama la peluquera que un día tuvo salón en la calle de la Hípica? Pues sepa usted que su nombre es Mari Carmen y que, aunque no era consciente en su momento, hace veinte años le pidió a Ana María un favor tan pequeño, tan estúpido, tan insignificante... que tal vez terminó por salvarle la vida.

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Esta es la bendita casualidad de Ana María Ramos, 76 años, quien descubrió que tenía cáncer de mama gracias a su peluquera. «En todas las revisiones me hacían la citología, pero nunca me habían practicado una mamografía y la verdad es que tampoco me había preocupado mucho por ello», explica Ana María. Un día, en la peluquería, dijo así, de pasada, como sin darle importancia a la cosa, que tenía un poco de prisa porque debía ir a buscar los resultados de la prueba al centro de salud de la plaza del Ejército. «Y Mari Carmen, la peluquera, me dijo que le recogiera los resultados de su mamografía, que a ella no le iba a dar tiempo a acercarse». Así lo hizo. «Y entonces la doctora me pregunto:¿Y no recoge la suya?. Yo le expliqué que no me habían hecho una mamografía en la vida y allí mismo me la prepararon».

A los dos días le llamaron. Habían visto «algo raro, aunque no se encontraba bien al palparlo. Después de la biopsia me confirmaron que era malo». Y se operó. Adiós pecho izquierdo. Sesiones de quimio. De esto hace veinte años. Después vendrían cuatro tumores más. Malos. Y hace diez años, decidió despedirse de su pecho derecho. Por precaución. De lo mejor que, dice, ha podido hacer en su vida.

¿Yhoy?«Nada de nada», asegura Ana María con el ímpetu de esa adolescencia suya de 76 años. «Cuando me detectaron el primero lo llevé bien. Más o menos bien. Pero con el segundo... Uf. Llegué a casa llorando.Yesa noche mi marido me dijo: Como te hundas, nos hundes a todos. Así que Ana María decidió flotar. Flotar y seguir nadando. No dejar nunca de nadar. «Sus padres fallecieron por sendos cáncer de vesícula y pulmón. Su hermano, por uno de huesos. Su marido, por cáncer de próstata. «Yo nunca, jamás, me he preguntado por qué me tocó a mí. No lo he buscado. No bebo. No fumo.Pero me ha venido. Y lo único que puedes hacer es luchar».

Esos consejos de coraje, de esperanza son los que Ana María comparte con todos aquellos que quieren escucharla. Desde hace dos años es voluntaria de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). El lunes colocaba lazos rosas y vendía gafas solidarias en la Diputación. Este domingo será una de las 120 voluntarias que atenderán a los participantes en la marcha contra el cáncer. Ya hay más de 14.000 inscritos. El objetivo es superar los 17.000 del año pasado y alcanzar los 20.000. Lo recaudado servirá para financiar proyectos de investigación contra el cáncer. Contra esa enfermedad que golpeó a Carmen Martín (riñón) y Lourdes Núñez (mama). Son también voluntarias. Cuando usted lea estas líneas, habrán participado en un acto de hermandad en Segovia. Y allí remacharon que no hay que rendirse y que toda ayuda es poca. «El cáncer solo se vencerá con investigación», insiste Ana María, la mujer que siempre recordará el nombre de su peluquera. Mari Carmen.

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