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J. Asua
Martes, 13 de octubre 2015, 09:28
Fue en enero de 2013 cuando Manuel Saravia, entonces portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, alertó del deterioro del Patio de las Tabas, una de las joyas patrimoniales de la ciudad, enclavada en el complejo de Las Francesas. Ahora, ya como concejal de Urbanismo, el edil de Toma la Palabra ha retomado las gestiones para abordar una rehabilitación muy cara hay un proyecto redactado que eleva el coste a los 394.000 euros y que se enfrenta, además, a una figura jurídica complicada al tratarse de un espacio privado de uso público.
El pasado viernes Saravia se reunió con la comunidad de vecinos del inmueble para abordar un reforma en la que se quiere contar con el respaldo de la Junta. Las continuas pérdidas de los elementos del corredor del claustro del siglo XVI confeccionado por cantos y huesos de cordero, así como las humedades que afectan al conjunto obligan a intervenir. «Queremos que la Consejería de Cultura se implique, porque es un elemento esencial del patrimonio de la ciudad», resume el concejal, pendiente de mantener una reunión con el responsable del departamento de Patrimonio, Enrique Saiz.
Desde la comunidad de vecinos subrayan que es urgente establecer una colaboración a tres bandas Ayuntamiento, Gobierno regional y propietarios para evitar que el deslustre vaya a más. «Lleva cuarenta años sin tocarse y hay que recordar que por este lugar pasan miles de vallisoletanos», precisan los residentes. El anterior equipo de gobierno ya les requirió para que acometieran las reformas en solitario e, incluso, se llegó a plantear que el Ayuntamiento asumiera la obra mediante la fórmula de la ejecución subsidiaria y luego se les pasara la factura. Manuel Saravia considera que las soluciones tiene que llegar tras un acuerdo y matiza que aún no es el momento de hablar de aportaciones económicas. Y es que hay que tener en cuenta que se trata de un elemento declarado como Bien de Interés Cultural y su utilización es pública, dos razones por las que la Administración no debería cargar únicamente a los vecinos y comerciantes con la cuenta, según defienden en la comunidad.
Sacar el proyecto del cajón
«Lo que queremos es que Patrimonio saque del cajón el proyecto y podamos llegar a un acuerdo entre todos», precisan los vecinos, que apostillan que si este bello claustro hubiera estado «en Barcelona o en Bilbao, ya se hubiera actuado hace muchos años».
El trabajo, firmado por el arquitecto Elesio Gatón, contemplaba, además de reparar las calvas de este ornamentado tapiz, cubrir el piso del claustro con un vidrio antideslizante, de manera que se evitaran nuevas pérdidas de elementos y se permitiera admirarlo sin riegos para el monumento. Ahora, unas chapas metálicas cubren las zonas más dañadas. Desde que se denunció su estado también se ha procedido la limpieza del patio que, en algunos momentos, ha estado plagado de malezas. El proyecto incluía eliminar los escalones que dan paso a los diferentes pasajes comerciales y ahora tapan parte del dibujo, una revisión de las cuatro fachadas, afectadas en algunos puntos por la humedad, y una nueva iluminación para realzar el espacio.
El concejal de Urbanismo, el arquitecto Manuel Saravia, matiza que el elevado coste de este plan se podría revisar a la baja centrándose especialmente en las patologías más graves del claustro, de manera que la rehabilitación sea asumible económicamente.
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