LAURA NEGRO
Sábado, 19 de septiembre 2015, 20:47
Toda una vida. Es lo que lleva José María Gil García, como párroco titular de las parroquias de Peñaflor de Hornija y Torrelobatón, pueblos que ayer le rindieron un emotivo y cálido homenaje, por toda una trayectoria de entrega y servicio a la comunidad, y por su inminente traslado a las parroquias de Aldeamayor de San Martín, Aldea de San Miguel y La Pedraja de Portillo.
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Sus feligreses de Peñaflor de Hornija, que se encuentran en plenas fiestas patronales, le arroparon y se despidieron de «Don José María», ayer viernes por la mañana con una solemne eucaristía, tras la cual, le hicieron entrega de una placa como muestra de agradecimiento. «Don José María lleva 32 años con nosotros, es uno más del pueblo y se le echará de menos», expresaba ayer Anastasio Vaquero, alcalde de Peñaflor de Hornija.
Torrelobatón también quiso despedirle de forma especial. Por la tarde, su alcaldesa, Natividad Casares, acompañada de toda la corporación y numerosos vecinos, le hizo entrega de una placa como reconocimiento a la labor desempeñada durante los 36 años que el sacerdote lleva en el municipio. Al acto acudieron también representantes de los ayuntamientos y vecinos de Barruelo del Valle y Torrecilla, municipios en los que el homenajeado ejerce sus labores como párroco desde hace años. El próximo domingo, se celebrará además, una misa de despedida en Torrelobatón, a la que está previsto que acuda Francisco Javier Vidal Sánchez, de 47 años, como nuevo administrador de las cuatro parroquias de las que Gil García era titular.
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