Desfile hasta el castillo de Medina del Campo de la cédula de Leva, tras el reclutamiento en la Plaza Mayor

Miles de personas bendicen los nuevos montajes de Imperiales y Comuneros en Medina del Campo

El municipio recrea hoy sábado la quema de la villa con un multitudinario desfile de antorchas

patricia gonzález

Sábado, 15 de agosto 2015, 20:05

El último encuentro entre una madre y su hija. La voluntad humana de formar parte de un batallón. O las penas a un judío converso por practicar la circuncisión o celebrar el shabat. Fueron algunos de los momentos históricos que miles de medinenses recrearon ayer durante la segunda jornada de Imperiales y Comuneros en Medina del Campo.

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La feria que cumplió el pasado jueves su cuarta edición desde que el actual equipo de Gobierno decidiera modificar el formato es ya, por derecho propio, el evento cultural que mayor número de figurantes congrega en toda la provincia. «Estamos muy contentos con el resultado. Sin la colaboración de los vecinos y de las asociaciones no se podría poner en marcha», aseguró la alcaldesa, Teresa López, quien concretó que «este año se han implicado muchas más asociaciones que en ediciones anteriores». «La cifra de figurantes será más de 4.000, algo que nunca llegamos a imaginar», añadió.

Durante la jornada de ayer, además de volver a ver pasear a los abanderados italianos y a los caretos de Podence (Portugal), los vecinos y comarcanos también pudieron disfrutar de un amplio programa de actividades, donde los más pequeños pasaron las horas disfrutando de multitud de talleres gratuitos, espectáculos de cetrería o paseos por la granja situada en la plaza del Mercado.

Pero no fue hasta las 18:30 horas cuando el grueso de las actividades se puso en marcha. En la segunda jornada de Imperiales y Comuneros, se desarrollaron cuatro recreaciones históricas (tres estrenos) en diferentes escenarios, como el Palacio Real Testamentario, El Castillo de la Mota y las Reales Carnicerías.

Y después, cuando las agujas del reloj marcaron las 21:30 horas, multitud de medinenses se dieron cita en la fortaleza del municipio para ser testigos de uno de los capítulos históricos más desconocidos. Bajo la dirección de Aurora Reglero (también encargada de escribir el guion), la joven tordesillana Helena Muelas se volvió a meter en el papel de Juana, pero en esta ocasión no interpretó a una reina, sino a una infanta que estaba, según varios historiadores, en su primera reclusión.

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El estreno

Esta nueva recreación, titulada La última mirada, y con vocación de permanencia en el calendario de Imperiales y Comuneros de cara a las próximas ediciones, situó a los asistentes en el año 1503, cuando Felipe y Juana ya eran príncipes herederos. Felipe decide regresar a Flandes, pero la princesa, embarazada de su cuarto hijo, permanece en Castilla. Tras dar a luz, Juana reclama a sus padres, los Reyes Católicos, volver junto a su marido. Después de una primera negativa por parte de Isabel y Fernando que hace entrar en depresión a Juana, estos acceden a su retorno a la corte flamenca. Pero con la llegada del otoño, el mar no era seguro para el viaje de una princesa heredera y le recomiendan que espere unos meses en la fortaleza medinense hasta la llegada de la primavera.

Todo cambia en noviembre, cuando Juana recibe una carta de su amado esposo. La misiva, al parecer, produjo un efecto fatal en la infanta, quien durante días trazó su plan de huida, que pasaba por recorrer las calles de Medina del Campo sola. Al enterarse de las intenciones de la heredera, el obispo de Córdoba, que era su guardián, manda echar los rastrillos de La Mota y aislar a la princesa. Juana, enfurecida, se niega a volver a sus aposentos hasta que su madre, la reina Isabel (interpretada por la medinense Cristina Gutiérrez) viene desde Segovia a aplacar su ira.

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Este encuentro fue el que se recreó gracias a la colaboración entre los grupos de trabajo de Imperiales y Comuneros y el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de Tordesillas, quienes decidieron que para la ocasión su reina Juana (en Medina princesa) estrenara un vestido rojo, financiado por el Museo de la Ciencia de Valladolid.

Tres horas antes de la puesta en escena de la gran novedad de la muestra, el Palacio Real Testamentario fue testigo de una leva de reclutamiento de la época de Carlos V. Los promotores de esta recreación fueron los miembros del Tercio Viejo Compañía de Cristóbal Mondragón. «Desde que creamos el tercio, siempre intentamos colaborar como un grupo más», explicó minutos antes del inicio de la recreación uno de los miembros y cofundador de la compañía, René Gay. El texto de esta recreación estuvo basado en textos del siglo XVI del Archivo Histórico Nacional, «consultados a conciencia para que fuera lo más fiel posible», aseveró Gay, quien concretó que «el texto está adaptado a Medina del Campo y al momento concreto que se representa». A las seis y media de la tarde, el Palacio Real Testamentario se convirtió en el punto de encuentro de multitud de jóvenes que querían formar parte del ejército. Bajo la atenta mirada del corregidor de la villa, del capitán y de otros mandos, los escribanos fueron inscribiendo a los futuros miembros del batallón.

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Recreación judía

Además, los integrantes del Centro San Vicente Ferrer, la Junta de Semana Santa y el voluntariado cofrade acercaron a los asistentes hasta 1492, cuando los Reyes Católicos decidieron expulsar a los judíos que no cambiaran a la fe cristina. «Llevábamos dos años haciendo la quema de brujas y el auto de fe y este año decidimos hacer algo nuevo», comentó el presidente de la Junta de Semana Santa, Carlos García Serrada. Los cofrades se han afanado durante meses en la búsqueda de documentos históricos que relataran de manera fidedigna cómo fue la expulsión de judíos en Medina del Campo. «Aquí había una judería en las proximidades del Castillo de la Mota, por lo que pensamos que era una buena opción recuperar este capítulo histórico».

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