Tordesillas conmemora en Francia el 30 aniversario de su hermanamiento con Hagetmau

Intercambios culturales, educativos y deportivos son solo un pequeño ejemplo de todas las actividades que durante tres décadas el Ayuntamiento de Tordesillas ha realizado con su homologo francés en la localidad de Hagetmau. Ayer ambas administraciones locales ratificaron este hermanamiento que tras treinta años sigue tan vivo como siempre, como explicó el alcalde, José Antonio González Poncela, quien junto a parte de la corporación municipal se desplazaron hasta localidad de más de 5.000 habitantes para estrechar aún más los lazos que los unen.

En el año 83 un grupo de profesores del instituto público del municipio decidió «abrir nuevos horizontes a los estudiantes que querían aprender español y forjar lazos de amistad con municipios españoles» comentó el profesor, Bobo Louizon, quien concretó que buscaban un municipio que fuera taurino y que tuviera unas fuertes y arraigadas costumbres en este sentido. Tras enviar cartas a diferentes institutos en País Vasco y Zamora, el instituto tordesillano fue el encargado de comenzar a dar los primeros pasos para que el hermanamiento fuera una realidad.

No fue hasta el 18 de mayo de 1984 cuando esta unión se hizo real y el hermanamiento se afianzó con la visita del senador (por aquel entonces concejal de Cultura) Emilio Álvarez. «En esta zona de Francia es muy habitual que los pueblos estén hermanados con otras localidades españolas pero a pesar de este hermanamiento los lazos son inexistentes por lo que celebrar hoy este aniversario es un gran hito» comentó Louizan, quien junto a otros profesores acudió al acto de conmemoración que se realizó en el Ayuntamiento francés.

Los intercambios de estudiantes, las actividades musicales de las bandas municipales en ambas localidades y los representantes de los diversos equipos de fútbol o rugby conforman el grueso de actividades que tanto Tordesillas como Hagetmau han realizado durante este tiempo. Tal es el entendimiento entre ambos municipios que los franceses decidieron regalar al los tordesillanos el toro de la Vega de 2001.

«Nosotros estamos muy contentos de mantener vivo el hermanamiento entre las dos localidades ya que a pesar de que han pasado 30 años los lazos de unión son fuertes», aseguró González Poncela, quien apuntó que ayer realizaron el acto en el Ayuntamiento junto al alcalde de Hagetmau, Serge Lansaman, al que han regalado una encina ya que la localidad francesa ha sido ganadora tres veces del concurso de pueblos floridos y «nos parecía que la encina es una muestra del enraizamiento que ambos municipios tenemos», dijo.

Una vez plantada la encina en las proximidades del Ayuntamiento galo y una vez realizado el intercambio de obsequios (cuadros y vinos de la Denominación de Origen Rueda) la primera parte del acto protocolario se finalizó ya que no será hasta el mes de septiembre cuando la delegación de franceses acudan en el periodo festivo de Tordesillas a la localidad para finalizar este aniversario.