laura negro
Domingo, 19 de julio 2015, 13:38
Lo suyo no fue vocacional sino casual. Javier Furones Gil (51) iba para veterinario y la casualidad hizo que finalmente optara por estudiar Farmacia. A los tres meses de entrar en la facultad, se dio cuenta de que había elegido bien. Sin duda, aquello era a lo que se quería dedicar el resto de su vida.
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Acaba de inaugurar su nueva farmacia, situada en la esquina de las calles Estación y Ferrocarril de Valladolid. Un proyecto que le hace sentirse verdaderamente satisfecho y orgulloso. Su carrera profesional es larga y está salpicada de multitud de proyectos emprendedores en diferentes ámbitos dentro del sector farmacéutico, en los cuales ha cosechado grandes éxitos. Con tan solo 24 años, ya era propietario de una farmacia en Villamayor de Campos, en la que trabajó durante doce años. Lo dejó para crear una empresa familiar de gestión sanitaria, en la que impartía formación sobre manipulación de alimentos y control de plagas. Mantuvo su empresa hasta que decidió dedicarse de nuevo a lo que más le gustaba, esta vez en Aguilar de Campoó, donde regentó una farmacia durante seis años. «Allí estuve encantado. El día más triste de mi vida fue cuando cerré mi establecimiento para venirme a Valladolid. No estaba en mis planes, pero surgió la oportunidad y quise aprovecharla. Disfruto con mi trabajo y para mí suponía un reto fantástico emprender en esta ciudad, y lo asumí con todas mis fuerzas. Hubiera sido mucho más fácil adquirir una licencia de un negocio que ya estuviese funcionando y con una clientela establecida, pero opté por una farmacia de nueva creación», explica vehemente.
Este farmacéutico ha elegido el eslogan, Cuidamos tu tren de vida, para convertirse en referente de variedad en la oferta y trato personalizado. Él es también técnico ortopédico; por ello, su farmacia está especializada en la venta de productos de ortopedia y prótesis a medida. Los medicamentos homeopáticos y la nutrición deportiva son otras de sus especialidades. Comercializa suplementos nutricionales y de alimentación para deportistas de la marca Etixx, muy conocida en el sector. «Cada 15 días voy a dedicar mi escaparate a un deporte. Los deportistas que acrediten estar federados en ese deporte tendrán un trato preferencial y una promoción especial. Empezaré con el ciclismo, mi deporte favorito», asegura.
Lleva pocos días en activo y está estudiando otros servicios adicionales que pueden interesar a su clientela, como la determinación del perfil lipídico o la toma de medidas por medio de escáner para la realización de plantillas ortopédicas. «La farmacia es un mundo apasionante y yo no dejo de estudiar. Siempre me estoy formando. Puedo presumir de que entre Marta, mi auxiliar, y yo, sumamos más de 50 años de experiencia», explica.
Javier Furones no es un farmacéutico al uso. Una muestra de ello es que ha cambiado la característica bata blanca de los profesionales de este sector, por una negra. «Empecé a usarla por consejo familiar, me gusta y por eso lo mantengo. Es una forma de diferenciarme.» También le diferencia el hecho de ofrecer un sistema personalizado de dosificaciones (SPD) de medicamentos a sus clientes, para que éstos sigan de forma correcta el tratamiento terapeútico prescrito por su médico. «Envasamos los medicamentos que cada persona requiera en blíster de 28 pocillos, para que la gente tome todas sus dosis diarias. De esta manera, nunca toman medicina de más ni de menos. El paciente plurimedicado lo agradece mucho, ya que es fácil olvidar tomarte una pastilla, o confundirlas», indica el farmaceútico.
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Socio fundador de Digifarma
Hace siete años, Javier, junto con otros colegas de profesión, crearon el grupo Digifarma, formado por más de 40 farmacias a nivel nacional. «Es un grupo desde el que se hacen compras y formaciones conjuntas, actividades diversas y que sirve para aunar experiencias. Si Digifarma no existiera, habría que inventarlo. Pertenecer a él me ha animado mucho a continuar emprendiendo como farmacéutico», comenta Furones.
Se muestra muy optimista respecto al futuro del sector, aunque es consciente de las dificultades. «·Es cierto que el sector de la farmacia está sufriendo un poco, pero siempre tendrá que existir. De nosotros depende adaptarnos a los nuevos tiempos. Aunque si uno es buen profesional no tiene que tener miedo de nada. Yo sólo me preocupo de hacer bien mi trabajo y me adaptaré a lo que tenga que venir. Un emprendedor es un aventurero y las aventuras hay que disfrutarlas», concluye.
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